La mayoría de fabricantes evita la multa de la UE por las emisiones

Aunque los cálculos del ICCT muestran también a Daimler, la asociación Fiat-Tesla-Honda y la asociación Ford-Volvo por encima de sus propios límites -se calculan en función de la masa media de su flota-, el director gerente del ICCT, Peter Mock, asegura que evitarán la penalización gracias a la aplicación de «eco-innovaciones». Se trata de avances tecnológicos, como las luces LED, que reducen las emisiones y que están bonificados por la normativa europea.

«Nuestros cálculos son una estimación conservadora. En realidad, sabemos que las emisiones (de los fabricantes) están unos pocos gramos por debajo, porque harán un mayor uso de las bonificaciones de lo que nosotros contemplamos», detalla Mock a este diario. Mock precisa que la estimación deriva del dato definitivo -cuyo cálculo corresponde a Bruselas- porque el ICCT asume que los fabricantes han utilizado en 2020 el mismo número de eco-innovaciones que en 2019. «Han usado más, pero no sabemos cuántas exactamente».

El experto precisa que, por ello, espera en realidad que todos los fabricantes hayan cumplido su propio objetivo, «por lo que no habrá multas». La única excepción, dice, es el grupo Volkswagen, «que ha excedido su objetivo en 0,5 gramos por kilómetro (el cálculo del ICCT lo sitúa cuatro gramos por encima) y tendrá que pagar una multa de aproximadamente 140 millones de euros».

El grupo Volkswagen -no así la marca, que sí cumplió- reconoció en enero haberse excedido en las emisiones. El consorcio ha anunciado una inversión de 11.000 millones de euros para desarrollar una nueva familia de modelos, encabezada por el ID.3, lanzado en septiembre. También Jaguar-Land Rover, sujeta a requisitos especiales por vender menos de 300.000 vehículos al año en Europa, deberá hacer frente a una multa, de 40 millones, según Bloomberg.

En ambos casos la sanción está muy por debajo de lo que inicialmente se estimó. Moodys calculaba en 2019 que las multas podrían alcanzar los 12.000 millones de euros para todo el sector. La clave ha sido la avalancha de lanzamientos de modelos eléctricos, híbridos enchufables e híbridos de los últimos meses (lo que ha hecho que la media de emisiones caiga de 122 a 107 gramos en un año, una reducción muy superior a la registrada entre 2015 y 2019), pero también el recurso a las flexibilidades que contempla la normativa, como las mencionadas eco-innovaciones. También el denominado «pooling», que permite a los grupos asociarse a otros con menor huella contaminante (por ejemplo el trato entre Fiat y Tesla, valorado en «cientos de millones»), y las bonificaciones «extra» por vender eléctricos.

Aunque en 2021 la normativa se endurecerá un poco más, puesto que afectará al 100% de la gama de cada fabricante (el año pasado fue el 95% menos contaminante) y se tendrá en cuenta el protocolo WLTP, más exigente, el ICCT espera que todos los fabricantes sean capaces de esquivar la sanción. «El salto no es grande y no habrá grandes cambios hasta 2024, salvo que la UE decida endurecer los límites», avanza Mock.