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Porsche Mission E, deportividad eléctrica

Porsche Mission E, deportividad eléctrica

Principales credenciales: potencia de 600 CV, autonomía de 500 kilómetros y se recarga en un cuarto de hora

PPLL

Miércoles, 16 de septiembre 2015, 22:15

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Porsche presenta en el Salón de Fráncfort el primer deportivo eléctrico en la historia de la marca, el prototipo Mission E. Este concept car de cuatro plazas desarrolla unas elevadas prestaciones gracias a la tecnología de 800 voltios, el doble que en los eléctricos actuales. La potencia es de 600 CV, la autonomía alcanza los 500 kilómetros y un tiempo de carga de unos 15 minutos es suficiente para conseguir el 80 % del total.

El Mission E es una berlina de cuatro puertas, con tracción total, dirección activa en las cuatro ruedas y acelera de cero a cien en menos de 3,5 segundos. Los instrumentos se manejan de manera intuitiva mediante el control de gestos y miradas, incluso a través de un holograma; están orientados hacia el conductor gracias al ajuste automático de la postura al volante.

El motor se deriva del utilizado en competición. En concreto, son dos motores sincrónicos de imán permanente, similares a los que monta el 919 Hybrid, vencedor en las pasadas 24 Horas de Le Mans. Además, esta técnica recupera energía durante la frenada. La potencia total es superior a los 600 CV que en la práctica supone unas prestaciones de primera; pasa de cero a 200 km/h en menos de 12 segundos.

Los modelos Porsche no solo destacan por su deportividad emocional sino también porque se utilizan en el día a día. Por esta razón, el Mission E puede recorrer más de 500 kilómetros con una sola carga de la batería y recargar energía para aproximadamente 400 kilómetros más en menos de un cuarto de hora. La razón: Porsche es pionero en utilizar la técnica de 800 voltios.

La tecnología eléctrica del Porsche Mission E emplea cables de cobre muy ligeros con una pequeña sección transversal suficiente para transportar la energía. La recarga se realiza sobre la aleta delantera izquierda situado justo antes de la puerta del conductor. Con el conector de carga del innovador sistema Porsche Turbo Charging, la batería se recarga en un cuarto de hora hasta el 80 % de su capacidad.

También se puede recargar con las actuales tomas de carga rápida de 400 voltios o en el propio garaje pero con un tiempo superior. La batería, situada en los bajos de la carrocería, es de iones de litio y se extiende en toda su longitud entre el eje delantero y el trasero. De este modo, el peso se distribuye de forma homogénea en ambos ejes lo que supone un balance equilibrado unido a un centro de gravedad muy bajo, es decir, las mejoras premisas para una óptima estabilidad y aplomo a la carretera.

Los materiales de la carrocería son de aluminio, acero y plástico reforzado con fibras de carbono. Con innovaciones como la aerodinámica integrada, con grandes entradas y salidas de aire en el frontal, los laterales y la zaga caracterizan la carrocería. Las guías de aire integradas mejoran la aerodinámica de las ruedas y las salidas situadas en los laterales reducen la mayor presión en los pasos de rueda. Las llantas de carbono son específicas; en el eje delantero monta ruedas de 21 pulgadas y de 22 pulgadas en el trasero.

Faros de led de cuatro puntos

En el frontal llama la atención los nuevos faros de led Matrix de aspecto futurista con cuatro puntos, típico de la marca, que van integrados de forma flotante en las entradas de aire. Las cuatro unidades de led se agrupan alrededor de un sensor plano cuyo borde actúa como intermitente. Los destacados paragolpes delanteros y el capó muy plano son elementos de diseño del 911. Al igual que en el 911 GT3 RS, una ancha y marcada línea se extiende desde el capó hasta el techo.

La carrocería carece de pilar central por lo que las puertas traseras se abren en sentido contrario al habitual lo que facilita la accesibilidad a las plazas traseras. El coche no lleva retrovisores exteriores, que se sustituyen por pequeñas cámaras para mejorar aún más la aerodinámica. Visto desde atrás, un logo tridimensional de Porsche con iluminación interior flota por debajo de una guía luminosa que se extiende por todo el ancho de la carrocería.

En el interior hay cuatro asientos individuales muy ligeros, derivados de los utilizados en competición. En la consola central destaca el innovador concepto de visualización y control, mucho más intuitivo y rápido y diseñado para un deportivo del futuro. La pantalla del conductor es curva y plana.

La instrumentación del futuro

La instrumentación agrupa cinco esferas típicas de Porsche, pero son representados virtualmente con tecnología Oled mediante diodos orgánicos de emisión de luz. El manejo es por seguimiento ocular que reconoce por una cámara a qué instrumento está mirando el conductor. La pantalla sigue la posición del asiento y la postura del conductor mediante el denominado efecto parallax.

Si el conductor toma asiento en una posición más baja, más alta o se desplaza hacia los laterales, la representación tridimensional de los instrumentos redondos se mueve en el mismo sentido. De este modo, se evita que el volante pueda tapar información importante. Toda la información relevante sigue siempre el ángulo visual del conductor.

El prototipo Mission E puede detectar incluso si el conductor está de buen humor, con un emoticono en el instrumento redondo. El factor de placer de conducción puede memorizarse junto con informaciones individuales como el trayecto o la velocidad. Asimismo, puede compartirse con amigos a través de la conexión con una plataforma Social Media.

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