La firma catalana Leonart Motors cumple 20 años: historia de una pasión familiar por las dos ruedas

Han sido dos décadas de trayectoria en las que Leonart no sólo ha podido sobrevivir en un difícil mercado dominado por las grandes marcas, si no que ha sabido granjearse una reputación creando modelos icónicos reafirmando su apuesta por la «autenticidad, la innovación y el crecimiento internacional», tal y como explican desde la marca.

A la Spyder le siguieron modelos como la Daytona 125, lanzada en 2009, que se mantiene vigente y casi inalterada hasta hoy, una moto que abrió la puerta a la expansión internacional, especialmente en Francia, Bélgica e Italia. En 2012, la Bobber 125 y su versión 350 supusieron una revolución con su chasis rígido homologado para circular en toda Europa. Otros hitos fueron la colaboración con el grupo Piaggio entre 2013 y 2016 para ensamblar motos en Mataró, o el lanzamiento en 2017 de la Tracker 125. En 2020, Leonart lanzó la Pilder 125, su buque insignia: proporciones generosas, alma rebelde y herencia directa de la Spyder y la Daytona. En 2022, la marca entró en la movilidad eléctrica con la Leonart Rigger, diseñada íntegramente por su equipo. Más recientemente, en 2024, amplió su catálogo con la deportiva y accesible Pulse 125, pensada para el público joven, y la potente Lobo 450, orientada a conductores con carnet A2 que buscan una opción urbana con carácter clásico y altas prestaciones.

Hoy, Leonart Motors está presente en más de 10 países, incluidos Alemania, Suiza, Eslovenia y Japón. En palabras de Jordi Llorens, de Leonart Motors, «desde el primer día que pusimos esto en marcha tuvimos claro que queríamos hacer motos para quienes buscan algo diferente. Cumplir 20 años como marca independiente, con diseño propio y presencia internacional, nos confirma que la autenticidad tiene recorrido».