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A la izquierda, el escritor Alejandro Pedregosa; a la derecha, el fotógrafo Emilio Morenatti. SUR
Emilio Morenatti, premio Pulitzer: «La fotografía no se estudia, se practica en la calle»

Emilio Morenatti, premio Pulitzer: «La fotografía no se estudia, se practica en la calle»

El actual jefe de fotografía de Associated Press en España visitó Marbella para hablar de su experiencia de trabajo en la guerra de Ucrania

David Lerma

Marbella

Domingo, 19 de marzo 2023, 23:34

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Asegura que el personaje de la película 'El ojo público', interpretado por Joe Pesci, le dio «mucha energía» en su entonces naciente vocación de fotorreportero, cuando comenzó a trabajar en Jerez de la Frontera cubriendo la información local. Emilio Morenatti (Zaragoza, 1969) no carece del ardor de Weegee, fotógrafo de origen ucraniano que se especializó en el retrato de los bajos fondos, pero es mucho más discreto y reflexivo. «Y este ¿quién es?», se dijo entonces. «A partir de ahí tuve una época en la que emulaba ese tipo de macarreo, porque Weegee era un macarra. Luego uno tiene que reformarse de toda esa manera de hacer las cosas. No eran las máx ortodoxas. Teníamos un escáner e interceptábamos las frecuencias policiales. Eso nos hizo llegar a los sitios primero. Pensábamos que esa era la manera».

El pasado mes de febrero estuvo en Marbella, invitado como ponente por la Delegación de Cultura, que organizó 'Miradas sobre la guerra', un ciclo que, al hilo de la guerra de Ucrania, ha traído ha poetas, filósofos e historiadores para reflexionar sobre los conflictos bélicos. En su intervención en el Hospitalillo, Morenatti, que ganó el Premio Pulitzer 2021 en la categoría de fotografía de reportaje por su cobertura en España de la pandemia, es fotógrafo jefe en España y Portugal de la agencia Associated Press.

«Soy autodidacta y sigo aprendiendo. Nunca hice un curso de nada. Empecé con una cámara que tenía un 50mm que no diafragmaba. Tiraba en automático. Y sigo tirando en automático, pero, claro, con la técnica dominada. En aquella época no tenía conocimientos, ni siquiera sabía inglés. La fotografía no se estudia, se practica en la calle. No me obsesiona la técnica. Creo que es un impedimento, porque te está limitando a la hora de pensar. Uno tiene que tener un pensamiento libre. Hay que saber la técnica para romperla».

Morenatti habló en Marbella de sus experiencias en la guerra de Ucrania, pero sus primeras experiencias se remontan a la franja de Gaza, donde fue secuestrado en 2006, o la guerra de Afganistán, donde sufrió la amputación de un pie tras un atentado cuando viajaba con las fuerzas militares estadounidenses. Le gusta su profesión de periodista, pero lamenta la deriva del oficio. «Solo las grandes agencias pueden permitirse enviar gente a los conflictos», asegura.

«El relato no cambia. Lo importante es que los medios que estamos allí tengamos un código deontológico potente. Lo importante es que el colectivo que esté allí sea honesto. Es fundamental, a nosotros nos lo meten a fuego, pero no se practica en España. Conozco muy pocos periodistas que tengan una ética inquebrantable». Además, añade, «el problema es sacar rendimiento y utilidad a la información. Hay que tumbar al que hay que tumbar. El problema es que nunca nos van a dejar. Ellos tienen todos los recursos». Y entonces pregunta: «¿Le has dado una función hoy al periodismo?».

No quiera impugnar la totalidad de la profesión. «No quiero hacer una crítica en términos globales, porque no soy un experto. Solo trabajo en una gran agencia. Voy a los lugares, hago fotografías. Documento y vuelvo. Y ya está. Luego habrá que volver a ir», dice un miércoles. El lunes siguiente Morenatti volvía de nuevo a Ucrania, a una guerra que ya dura más de un año. «Lo que hago entre medias es llevar el código deontológico siempre arriba: fotografiar la realidad tal cual es, no interferir en lo que estás reporteando y no sentirse influido por nada de lo que estás viendo».

Aunque reconoce que alguna vez ha dejado la cámara para ayudar a alguien, «ahí hay un error de concepto. Cuando voy a un guerra no voy como una ONG, voy como un periodista. Hay veces que ayudar a alguien es ponerte tú en peligro o cometer errores, porque no eres médico. Ahora, sí puedes ayudar a gente subiéndola en el coche porque están tirados en medio de la nada. Echas una mano, pero nuestra función como periodistas tiene que estar centrada, si no te derivas y no haces ni una cosa ni la otra».

¿Hay alguna foto que Morenatti haya dejado dejar pasar? «Muchas», responde. «Muchas se me han escapado, bien porque no me han permitido o bien porque no he estado lo suficientemente hábil. Hay días en los que uno se imagina algo y ese algo ocurre, pero la mayoría de casos son situaciones inesperadas. Es un mezcla de experiencia e instinto que te hace sacar jugo y rendimiento a la situación que tienes delante. Yo me dedico a enviar pronto una foto que sea concisa y práctica de lo que está pasando».

«Al chaval que comienza ahora le diría que se especialice en una rama muy concreta de la fotografía, porque es muy amplia. La combinación de ingeniería, robótica y fotografía es una especialidad que se está demandando mucho. El dominio de esta tecnología implica una gran cabida en el mercado actual, porque el operario cada vez trabaja más en remoto. En AP tenemos especialistas en robótica que no dan abasto. El futuro pasa por emplear ese conocimiento», concluye.

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