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El Hospital Costa del Sol puso en marcha un protocolo pionero para detectar casos de sumisión química SUR
Denuncia que fue drogada durante un robo violento para ocultar que su novio le había dado una paliza

Denuncia que fue drogada durante un robo violento para ocultar que su novio le había dado una paliza

La víctima quiso ocultar los hechos por «miedo extremo» hacia su pareja, pero se vio empujada a denunciar el falso atraco por sus compañeros de trabajo, alarmados por las lesiones que presentaba

Martes, 15 de octubre 2019, 01:21

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Ocultó la verdad a todo el mundo. Ni siquiera se lo dijo a sus compañeros de trabajo, que la empujaron a denunciar, alarmados por las lesiones y el estado en el que se encontraba. Tampoco se lo contó a la Policía Nacional, pero no pudo evitar que los agentes descubrieran que su historia de un robo violento mediante sumisión química hacia aguas por todas partes. Y que la verdad era que su pareja supuestamente le había dado una paliza.

La investigación, a cargo de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) y el Grupo de Delincuencia Urbana de la comisaría de Fuengirola, arrancó el 16 de septiembre, cuando la mujer presentó la denuncia. En ella, la víctima relataba que la madrugada del 15 había salido de fiesta con unas amigas, con las que estuvo en varios establecimientos de la localidad.

La joven contó a los policías que, en un momento determinado de la noche, conoció a un hombre con el que entabló conversación y que, a partir de ahí, ya no recordaba prácticamente nada. Según la primera versión que dio, se despertó en su domicilio sobre las seis de la tarde con el cuerpo lleno de golpes. Al parecer, presentaba múltiples lesiones en el rostro, las piernas, los brazos y el tórax. También dijo que le habían robado la cartera, la tarjeta de crédito y 60 euros en efectivo.

La mujer acudió al centro de salud más cercano a su domicilio y, posteriormente, al Hospital Costa del Sol de Marbella, donde tienen establecido un protocolo, pionero en Andalucía, para la detección de la sumisión química -administrar alguna sustancia psicoactiva a una víctima de robo o delitos sexuales para controlar su voluntad- mediante pruebas de laboratorio. En este caso, se descartó desde el primer momento la agresión sexual, centrándose en las pesquisas en la posibilidad de que pudieran haberla drogado en un atraco.

Los investigadores observaron lagunas en su relato desde el primer momento. Para empezar, por la «violencia desmedida» que había sufrido la víctima, cuando los casos de sumisión química se caracterizan justo por lo contrario: se suministra una sustancia para controlar la voluntad de esa persona y, por tanto, apenas ofrece resistencia al delito que está sufriendo. Así que se centraron en descubrir la verdad.

Ante las fisuras que presentaba su relato, los agentes reorientaron la investigación y comprobaron que la joven se había visto casi obligada a presentar una denuncia por la insistencia de sus compañeros de trabajo, que estaban muy preocupados debido al estado en el que se encontraba, según fuentes cercanas al caso. Ni siquiera a ellos les contó la realidad.

Tras conocer que el verdadero trasfondo era supuestamente la violencia machista, los policías nacionales procedieron a la detención del novio de la chica, quien al parecer habría llegado a obligarla a que se maquillara para disimular los graves hematomas que tenía por todo el cuerpo. El presunto agresor quedó en libertad en el juzgado, aunque se le impuso una orden de alejamiento y se le colocó un dispositivo telemático de control dado el «miedo extremo» a posibles represalias que tenía la víctima.

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