Kilómetros de diversión durante cuatro días en Marbella

Como ellos, más de 2.300 personas llegadas de diferentes puntos del mundo se han dado cita en la Plaza del Mar para registrarse en este evento internacional que cumple su undécima edición.

La ruta del primer día lleva el nombre de Playa porque la mayor parte del recorrido discurre por el litoral, «algo fácil para empezar, las siguientes les costarán un poco más», anuncia María Kupers, coordinadora de la actividad. El objetivo es bien sencillo, «divertirse», dice la coordinadora. «Hay mucha gente que camina a diario, pero hacerlo en un grupo grande con intercambio de historias y de experiencias y terminar con una fiesta en la plaza hacen de este un evento único», señala. Único también porque Marbella es la única ciudad en España que lo celebra y una de las pocas de Europa en la que se hacen cuatro días. «En Holanda es un evento que se hace en muchas ciudades pero en pocas son tantos días», puntualiza la responsable.

Cada uno hace el recorrido a su ritmo. Hay quien sale disparado nada más registrarse y quien prefiere pararse a desayunar en alguna de las terrazas de las inmediaciones. Se pueden elegir rutas de 10, 20 o 30 kilómetros, eso sí, además de confiar en la honradez de cada uno de los participantes, llevan unas pulseras que se escanean en los puntos de control de cada una de ellas para asegurar que se está haciendo y conocer los tiempos por tramos. «En la de 20, que es la que más gente hace, tenemos dos puestos de control», detalla Kupers, además de la salida y la llegada.

La primera nacionalidad de los asistentes es la holandesa, por la popularidad de esta actividad en su país, seguidos de españoles, aunque en este primer día es misión imposible dar con alguno de ellos. Hay más mujeres que hombres de edades comprendidas entre 35 y 55 años de edad media. Un total de 16 nacionalidades distintas conviven en esta celebración de los caminantes internacionales. La mayoría de ellos europeos. Marija viene de Lituania con un grupo de otras seis personas. También han estado recorriendo España y el final de su viaje es Marbella, ciudad que visitan por primera vez.

Los hay quienes van pertrechados con un cuidado estilismo, camisetas a juego saludando a la ciudad anfitriona o reivindicando el lugar de origen, sombreros de fantasía y muchas ganas de diversión. Y en esta torre de Babel del senderismo, Jiro Yoshio, de 86 sonríe mientras observa atento a la multitud. Es el único representante de Japón entre los más de 2.300 participantes. Es su primera vez en Marbella pero ya ha caminado antes en varias ocasiones en Barcelona y lo que más le gusta es que «la gente es muy amigable». «Se trata de caminar pero también de conocer a gente», asegura.