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Imagen de archivo de Arranz
La Fiscalía pide dos años de prisión para el dueño de Villa Padierna tras la denuncia de una empresa de servicios de salud

La Fiscalía pide dos años de prisión para el dueño de Villa Padierna tras la denuncia de una empresa de servicios de salud

Ricardo Arranz está procesado por presuntos delito de apropiación indebida y coacciones

Mónica Pérez

Marbella

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Viernes, 13 de julio 2018, 10:35

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La Fiscalía del área de Marbella solicita dos años de prisión para el propietario del Hotel Villa Padierna, Ricardo Arranz, tras la denuncia interpuesta por la mercantil con la que en 2012 firmó un acuerdo de cesión de uso de locales comerciales, tanto para el establecimiento de Benahavís como para el de Carratraca, para un servicio de salud y 'wellnes'. Arranz está procesado por presuntos delitos de apropiación indebida y coacciones, según el auto emitido por el juzgado de instrucción número 5 de Marbella.

Según consta en el escrito judicial, al que ha tenido acceso este periódico, los hechos se remontan al año 2014, cuando el propietario del hotel optó por prescindir de los servicios de la empresa BDB Wellness SL de forma «unilateral». El auto fue confirmado solo un mes después por la Audiencia Provincial de Málaga dictando, a su vez, un escrito en el que desestimaba el recurso presentado por Ricardo Arranz contra el auto de imputación. «El criterio mantenido por el instructor es compartido en su integridad en esta alzada, pues presuntamente el recurrente de modo unilateral tomó por la fuerza las instalaciones de las que estaba haciendo uso la mercantil demandante. De la actuación resultan indicios igualmente de un delito de apropiación indebida», recoge el auto.

Sobre el asunto, el fiscal ha solicitado dos años de prisión y solicita apertura de juicio oral, para el que aún no se ha fijado fecha. Por su parte, la acusación particular también imputa al propietario de Villa Padierna por la comisión de tres presuntos delitos de coacciones, apropiación indebida y revelación de secretos, que se impongan penas de tres años de prisión por el primero de ellos, cuatro por el segundo y tres por el tercero.

Fue en el año 2012 cuanto las dos mercantiles -que llevan pleiteando en los juzgados desde hace cuatro años y medio- firmaban un acuerdo de cesión de locales comerciales de los hoteles Villa Padierna Palace Hotel, en Benahavís, y Villa Padierna Thermas Hotel, en Carratraca, a la empresa SOS Belleza Consulting (después BDB Wellnes SL) para que ofreciera un servicio de 'wellnes' y salud. En dicho acuerdo se fijó una contraprestación que debían abonar a los cedentes del 25% de ingresos brutos. En 2014, según recoge el escrito de acusación del fiscal y el auto del juez, el acusado decidió resolver el contrato de cesión de uso al considerar que se estaba produciendo un incumplimiento de las cláusulas contractuales. Para ello, señala, «en vez de acudir a la vía jurisdiccional civil, el acusado ordenó que el día 19 de abril de 2014 se procediera a la prohibición de entrada en los hoteles al personal que trabajaba en dichas instalaciones y a los representantes» de la empresa.

«Nos encontramos de repente con una situación muy complicada porque no nos dejaron ni sacar los equipos en los que la empresa había hecho una inversión importante», explica a SUR Ángel Domenech, propietario de la compañía. No fue hasta 2015, «y ante la presencia de la Guardia Civil, cuando nos permitieron recoger los equipos, muchos de los cuales no se correspondían con los que teníamos». Domenech pone el acento en el hecho de que los ordenadores de la empresa «estuvieron en manos de Villapadierna durante más de un año y un informe policial demostró que habían sido manipulados».

El propietario de Villa Padierna, Ricardo Arranz, se aferra al argumento de que «la justicia ya dejará claro quién tenía razón en este asunto». Explica a este periódico que decidió poner fin al acuerdo al «tener sospechas de que se estaban hacien cobros a los clientes de forma no autorizada». «Me llegaron testimonios de trabajadores y del propio director del hotel de las quejas de los clientes que se les estaba obligando a pagar en 'cash'. Nos estaban engañando, pero todo se verá», explica.

Domenech, por su parte, rechaza que los pagos se hubieran efectuado de esta forma. «Siempre se hacían cargándolos en la habitación o mediante tarjeta. De hecho, era el hotel el que nos abonaba a nosotros los servicios del 'wellness' y luego mi empresa, cumpliendo lo acordado, les pagaba el 25% del total de ingresos. La mercantil asegura haber sufrido pérdidas «millonarias». Presentó concurso de acreedores y ahora mantiene dos procedimientos judiciales, uno por la vía penal, y otro por la vía civil-mercantil en el que se reclama más de dos millones de euros al estimar un daño emergente de 600.000 euros y un lucro cesante de casi 1,5 millones.

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