«Es complicado ser alta ejecutiva en un mundo de hombres, pero hay que ser perseverante»

El evento, que se celebró en el Hotel Gran Meliá Don Pepe, atrajo mujeres de diferentes sectores. Con el empoderamiento de la mujer por bandera, la charla de ambas profesionales se centró en contar sus propias experiencias vitales y en ofrecer su manera de entender los retos, que diferencian en dos tipos: los externos, como la presión social para compaginar la vida laboral y la familiar o el acoso, y los internos, relacionados con las emociones: miedo al fracaso o al rechazo, incluso al éxito. «Hay más visibilidad, porque las mujeres estamos empezando a hablar, pero queda mucho por hacer», comentó Rozman.

Esta periodista, que cuenta con un amplio historial en el mundo de la información y la comunicación en Estados Unidos, ha llegado a entrevistar a personajes de la talla de Barack Obama. Además, es madre de tres hijos y abuela de dos nietos, algo que no le ha impedido desarrollar su carrera. «Tienes que ser honesta con tu familia, porque no puedes acabar con tu vida profesional. Hay que conciliar, todos tenemos inquietudes».

Durante sus más de 20 años de andadura en Estados Unidos trabajando para medios hispanos, la presentadora ha sufrido algunas actitudes machistas. «Es un país bastante machista, diría que más que España. Es una doble moral, porque dicen que todos somos iguales pero no cobramos el mismo salario».

Para Rozman, su trabajo como directiva era un reto constante. «Es difícil ser mujer en puestos ejecutivos. He llegado a reuniones en las que era la única mujer, y muchos pensaban que era la secretaria».

Algo parecido ha sentido Campadabal, nombrada el pasado enero como una de los 100 Jóvenes Líderes Económicos del País por el Instituto Choiseul. «Cuando hay reuniones de banca privada, me siento en la mesa con los demás. A veces nos da miedo levantar la mano, pero tenemos que sentirnos como un igual. Yo he tenido que luchar mucho».

Actualmente, Campabadal se dedica a gestionar patrimonios de grandes multimillonarios de Latinoamérica, aunque no todo fue de color de rosas. «Al principio, los clientes veían a una asesora joven y mujer, y se les notaba incómodos. Después de un año veían el giro a sus carteras, y ya su percepción cambiaba, ahora llevan siete años conmigo», apuntó.

Esta asesora financiera, que abandonó una cómoda vida en Barcelona para cumplir sus metas en Estados Unidos, animó a todas las presentes a seguir sus deseos. «Rompí con todo para perseguir mis sueños. Con 30 años gestionaba más de 500 millones de euros, y con 35 monté mi propia empresa, y me apasiona mi trabajo». Para ella, la base de una sociedad mejor es la educación. «Debemos educar bien a nuestros hijos, en la igualdad, y ayudarnos entre nosotras».

Asimismo, Campabadal es embajadora en Latinoamérica de la Fundación Vicente Ferrer, a la que intenta aportar su granito de arena. «Animo a los más ricos a invertir en cosas realmente importantes, porque ellos tienen en sus manos la posibilidad de cambiar el mundo».