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Cruzar un paso de peatones puede ser una acción de riesgo. El suceso ocurrió la semana pasada en la calle Melilla, en Estepona, y tuvieron que intervenir tanto la Policía Local como la Nacional. Al parecer, todo comenzó cuando un hombre con movilidad reducida cruzaba la vía y, según las fuentes consultadas, un vehículo accionó el claxon por la tardanza, llegando supuestamente a acelerar el motor del coche.
Alejandro Carrasco, hermano de este peatón, que sufre discapacidad física y psíquica, estaba también en el lugar dentro de su furgoneta, justo detrás del coche implicado. Vio cómo su hermano cruzaba lentamente, debido a su discapacidad, «pero el coche daba acelerones con intención de embestirlo, metiéndole prisa y tocando el claxon», denuncia. Alejandro bajó de la furgoneta y tocó el cristal del conductor para recriminarle su actitud.
Dentro del vehículo había tres ocupantes, dos hombres y una mujer, que bajaron para increpar a Alejandro, como puede comprobarse en un vídeo que se ha difundido por las redes. «¿Tú también quieres cobrar?», comenta Alejandro que le gritaron. Asegura que los tres individuos iban «bastante bebidos» y que llevaban vasos y botellas con bebidas alcohólicas, algunas de las cuales dejaron sobre el coche mientras se dirigían a él. Alejandro ha aportado a la policía varias fotografías en la que puede apreciarse a los tres ocupantes junto al coche y sobre éste un vaso.
Uno de los implicados extrajo del maletero del coche dos cascos y mientras su compañero intercambiaba golpes con Alejandro, se dirigió hacia él y también le golpeó, como puede pareciarse en las imágenes. Tras una breve separación, gracias a los vecinos, la mujer también se hizo con un casco y volvió a lanzarlo contra el hombre.
«Eran cascos de bombero porque uno de ellos supuestamente es bombero, e incluso me amenazó diciéndome que no sabía con quién me estaba metiendo, con el cuerpo de bomberos de Estepona, y que me iba a matar», relata Alejandro.
Alguno de los transeúntes que intervino para separar a los implicados también propinó varios golpes y patadas a uno de los ocupantes del vehículo y otros vecinos tuvieron que apartarlo. Durante toda esta trifulca el tráfico permaneció cortado ya que el coche estaba parado justo en el cruce de varias calles.
Tras el altercado, la Policía Local se personó en el lugar, y según el afectado, tomaron la filiación a los presuntos agresores y les practicaron la prueba de alcoholemia. Desde el Ayuntamiento de Estepona no han facilitado datos sobre el incidente y se han limitado a comentar que «en la localidad sólo actúan bomberos del Consorcio Provincial de la Diputación de Málaga. No es un trabajador del Ayuntamiento».
Por su parte, la Policía Nacional ha manifestado que tratan de aclarar cómo sucedieron los hechos, que han identificado a los implicados, pero que aún no han sido localizados.
Alejandro acudió de inmediato a los servicios de urgencias donde le han detectado golpes en cabeza, cervicales y dorsales. «Me dieron tan fuerte con el casco en la cabeza que se me ha partido una muela que me tienen que extraer porque me provoca mucho dolor», describe. Se encuentra de baja médica a consecuencia de los golpes. Alejandro comenta que su hermano padece una enfermedad mental y, físicamente presenta problemas de movilidad por lo que camina muy despacio. Aclara que todo el mundo en el barrio lo conoce y sabe de sus limitaciones, de ahí la sorpresa ante la actitud de este grupo.
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