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Adrián atiende una de las mesas en la terraza del restaurante. Josele-Lanza -
Campeones también en la hostelería

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El chef Álvaro Morales apuesta por discapacitados intelectuales para su nuevo restaurante

Mónica Pérez

Marbella

Miércoles, 2 de mayo 2018, 00:19

«Vienen cada día con una sonrisa. Se sienten integrados y hay veces que piden hasta quedarse más horas o venir el día que descansan. Esto es la normalidad. No debería ser noticia». Alejandro Morales, chef de larga trayectoria entre fogones y en la lucha a favor de la integración laboral de la personas con capacidades diferentes (odia, dice, la palabra discapacitado) puede presumir de haber puesto a cocinar una de sus mejores creaciones: una casa de comidas (prefiere esa denominación) en la que el ingrediente principal es la «integración». Para ello, ha procurado que buena parte su plantilla esté formada por personas discapacitadas o con problemas de integración. De momento Adrián y Manuel están en periodo de prácticas. Les quedan dos semanas, luego vendrá al fin el contrato. Tienen 21 años y una discapacidad intelectual-Síndrome Down en distinto grado. Nunca hasta ahora habían trabajado en la hostelería. De hecho Adrián, a su edad, no había tenido oportunidad de acceder al mercado laboral. «Esta es mi segunda casa», afirma satisfecho. «Siempre hay algo que hacer. Servimos mesas, abrillantamos vasos, cubiertos... de todo», asegura con una sonrisa de oreja a oreja.

De la mano de la Fundación Tutelar de Marbella, Fundatul, el cocinero forma a jóvenes para integrarlos en su plantilla en una experiencia con efecto llamada

Para Manuel es su segunda experiencia laboral de su vida. Hace unos meses entró en el programa Emplea Joven de la Junta como barrendero. No cambia lo que tiene ahora por aquello. «Nunca pensé que acabaría trabajando en esto», asegura. «Yo nunca pensé que trabajaría», le responde simpático Adrián.

Entra una pareja y Adrián deja diligente la entrevista para saludar a los clientes que se han sentado en una mesa cercana y comienza a tomarles nota de la bebida.

Y los clientes, ¿cómo reaccionan? Adrián recurre a una experiencia ocurrida hace unos días. La de un cliente que se echó a llorar en mitad de la comida. «Nos contó que tiene un hijo con síndrome Down y que nunca hubiera pensado que podría trabajar alguna vez, nosotros somos un ejemplo», afirma.

En unas semanas se unirán a estos dos camareros otras dos personas que aterrizarán en Zoe, el restaurante de Álvaro Morales en la calle Calvario de Marbella, a través del programa de inserción laboral de Cruz Roja. «Queremos que esto sea una inserción real, que no se quede en la foto», explica el chef, quien en su curriculum tiene el haber colaborado tanto con Down Granada como con Down Málaga en actividades relacionadas con la cocina. En la ciudad de la Alhambra tuvo durante varias temporadas un programa de cocina en el que estaba acompañado por personas con discapacidad intelectual.

Down, Aspandem y Fundatul

Valenciano de nacimiento y madrileño de adopción, aterrizó en Marbella por su trabajo en la Taberna del Alabardero, cadena con la que recorrió Madrid, Washington, Sevilla y Banús. Es el chef ejecutivo del exclusivo restaurante Los Granados de Banús y acaba de hacerse con la dirección gastronómica de la próxima edición de Starlite. Paralelamente ha estrechado lazos con asociaciones de Marbella como Aspandem o la Fundación Tutelar Fundatul con la que precisamente trabaja para la integración laboral en su nuevo restaurante. «Álvaro nos propuso su iniciativa, buscamos entre nuestros chicos los perfiles que más se ajustaban a lo que buscaba, y encajaron», explica Elena Martín Illescas, preparadora laboral de Fundatul. «Lo ideal en estos casos es que el triángulo: familia, empresa y fundación esté equilibrado. Y lo está», afirma.

El chef Álvaro Morales, con Adrián y Manuel. Josele-Lanza -

La profesional relata emocionada cómo el trabajo en Zoe les ha cambiado la vida a Adrián y a Manuel. Antes de comenzar su periodo formativo, Adrián apenas salía de casa. Ahora acude solo a trabajar. Es independiente para abrir y cerrar la puerta. «Les cambia la vida a todos los niveles, hasta adelgazan», subraya la preparadora laboral de Fundatul, quien incide en cómo la presencia de una persona con discapacidad puede cambiar a mejor el ambiente laboral en una empresa «porque sensibiliza, porque ayuda a relativizar muchas cosas y a ver la vida de otra forma».

El camino hasta la inserción no es fácil pero tampoco una carrera de obstáculos. A través de Fundatul unas 60 personas han conseguido acceder al mercado de trabajo. La labor de la fundación no acaba con la firma del contrato, se hace un seguimiento destinado al mantenimiento del mismo.

En el caso de Adrián y Manuel «han superado con creces las expectativas, y la motivación y el avance ha sido brutal. Sólo hay que hacerles una adaptación del puesto en determinadas cuestiones, pero sólo en algunas, y un seguimiento en cuanto a las tareas», indica. Su formación ha empezado por lo más básico, «pero sin escatimar ningún tipo de opciones de servicio, y nos ha sorprendido la capacidad cognitiva de ellos porque han respondido muy bien»». Desde llevar bandejas o lustrar vasos, a preparar tipos de cafés y otras tareas diarias. «Hay padres que ante esta oportunidad lloran porque es lo que siempre han buscado», apunta Elena Martín Illescas. Esa demanda es la que tuvo en cuenta Álvaro Morales a la hora de iniciar su nuevo proyecto empresarial. «He visto a muchos padres plantear en foros en los que he participado qué será de sus hijos cuando ellos ya no estén. Lo importante es que tengan una oportunidad de formarse y aprender un oficio», apunta el chef.

«¿Qué es ser normal?», respondía en una reciente entrevista Javier Fesser, director de la película del momento que arrasa en taquilla, 'Campeones'. Álvaro Morales reflexiona sobre el mismo punto: «aquí se les trata como uno más del equipo. Sé que tengo que tener un poco más de mano izquierda pero la idea de la que partimos es que son totalmente iguales al resto de personas y lo vamos a demostrar».

Una escuela de hostelería inclusiva para la Casa Global Gift

La iniciativa del chef Álvaro Morales por la integración laboral de personas con discapacidad o en riesgo de exclusión a través del mundo de la hostelería quiere ir más allá de las personas a las que pueda contratar en su nuevo restaurante. A través de Fundatul, trabaja con la vista puesta en que la Casa Global Gift, que abrirá sus puertas en Marbella de la mano de la iniciativa filantrópica de María Bravo y la actriz Eva Longoria, pueda tener un espacio dedicado a la formación en hostelería para personas con discapacidad. «Lo importante es tener cantera, que los usuarios de Fundatul y otras asociaciones tengan acceso a una formación que les sirva para integrarse en el mercado laboral cuando un hotel o un restaurante llame a su puerta. Intentaremos que al menos tengan esa primera base».

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