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Acumulaciones de Velella Velella en un playa de Marbella. SUR
Miles de medusas velero aparecen en playas de Marbella y Benalmádena

Miles de medusas velero aparecen en playas de Marbella y Benalmádena

Se trata de la variedad Velella Velella, balsa de mar o vela púrpura más frecuente en la zona del levante

Lunes, 27 de abril 2020

El aviso lo ha lanzado esta mañana la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Costa del Sol de la Universidad de Málaga en sus redes sociales. Algunas playas de Marbella y Benalmádena han amanecido con acumulaciones en la orillas Velella Velella, conocidas también como medusa velero, balsa de mar o vela púrpura. Según el director de la Cátedra, Francisco Ignacio Franco, son inofensivas y viven en la superficie del agua, formando grandes bancos. Son arrastradas por el viento las corrientes hasta la costa. Se semejan a un mejillón, aunque poseen una pequeña vela azul en la parte superior que les sirven para dejarse dejan llevar por el viento y tentáculos en la parte inferior.

Según Franco, esta especie de medusa es más frecuente en el levante español. Las primeras fueron avistadas ayer domingo en algunas playas del municipio marbellí, por lo que el Ayuntamiento consultó con la Cátedra qué tipo de medusa se trataba y si representaba algún riesgo. Hoy lunes han aparecido también acumulaciones en playas de Benalmádena, según Franco.

La medusa velero, aunque aparente ser un individuo, es una colonia y por lo general mide menos de 7 centímetros de largo. Normalmente son de color azul intenso, pero su rasgo más distintivo es una pequeña vela que atrapa el viento y la impulsa sobre la superficie del mar. Es un animal carnívoro. Atrapa a su presa, generalmente plancton, mediante sus tentáculos colgantes y cargados de nematocitos. Aunque las toxinas de sus nematocitos son efectivas para atrapar sus presas, el velero es esencialmente inofensivo para los humanos, aunque cada persona responde de manera diferente al contacto con las toxinas de estos. De todas formas, es recomendable evitar tocarse el rostro o los ojos luego de haber entrado en contacto con un velero y recordar que puede provocar escozor en las zonas de la piel expuesta a los nematocitos de este animal.

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