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En el centro, el socorrista y activista Oscar Camps. EP
Los 20 años solidarios de Casares a través de los premios Blas Infante

Los 20 años solidarios de Casares a través de los premios Blas Infante

El fundador de la organización Proactiva Open Arms, Óscar Camps, acudirá a la próxima edición, que se celebrará el 9 de julio

DAVID LERMA

Casares

Miércoles, 15 de junio 2022, 17:29

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La existencia de Casares en el panorama municipal de la Costa del Sol Occidental es muy particular. El número de habitantes del municipio, si se incluye la costa, no supera los 4.000 habitantes y no suele significarse por su agenda municipal en los grandes medios, aunque ya en enero su alcalde, Pepe Carrasco, estimaba que en esa fecha ya se había cumplido el 65 por ciento del programa electoral. Con un marcado acento social, el Ayuntamiento de Casares celebrará, el 9 de julio, el veinte aniversario de los Premios Blas Infante, los cuales han permitido impulsar programas para la cooperación para el desarrollo con otras regiones del mundo.

Las inquietudes sociales de Casares ha empleado parte de los fondos para convocatorias de subvenciones bajo el formato de premios Blas Infante, Casares Solidario, gracias a los cuales se han financiado 121 proyectos por un valor de 1.181.644 euros, con el que han conseguido ayudar a medio millón de personas de 38 países diferentes. Con un jurado que preside desde su primera edición el Defensor del Pueblo Andaluz, los premios cuentan con tres categorías, según su cercanía geográfica.

Los de este año prometen ser muy interesantes, ya que, según fuentes del consistorio, este año contará con la presencia de Óscar Camps, socorrista, empresario y activista español que ha rescatado a más 59.000 migrantes a través de la organización Proactiva Open Arms. Durante la crisis de la isla de Lesbos de 2015, Camps organizó con su propio dinero y la ayuda de voluntarios un dispositivo de rescate con el que consiguió ayudar a llegar a la playa a miles de refugiados.

De este modo, Casares, que destina el 0,7 por ciento de su presupuesto anual a ayuda al desarrollo, ha retomado la vieja idea de las Naciones Unidas, la Resolución 61, por la cual los países ricos iban a comprometerse a contribuir con ese porcentaje del Producto Interior Bruto a la ayuda al desarrollo. Queda lejos el escenario que, en 1994, llenó las principales ciudades españolas de acampadas masivas que lo reinvindicaba.

Así lo hace Casares desde hace veinte años, a pesar de que desde entonces se ha ratificado en la Cumbre de Río de 1992, la Cumbre de Monterrey de 2000 y en los Objetivos del Milenio de 2015, firmados por España, y por lo tanto nunca se haya alcanzado ese objetivo. No ha sido hasta la aprobación del anteproyecto de ley de Cooperación para el Desarrollo de enero de este año que España confirma el propósito de cumplirla, aunque para el todavía lejano 2030.

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