El golpe inesperado de la sentencia de 'Malaya'
Héctor Barbotta
Domingo, 27 de marzo 2016, 00:25
Juan Antonio Roca pasa a sus 62 años por ser una persona de un ánimo sólido que los diez años de cárcel, lejos de debilitar, ... han forjado aún más. La imagen de hombre frío, inteligente y calculador responde, según quienes le han tratado, a la más rigurosa realidad.
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Quienes le han visto declarar en los juicios a los que fue sometido coinciden en que se conoce al dedillo las causas en las que está acusado, y ante el tribunal suele mostrarse puntilloso a la hora de matizar acusaciones y de negar o confirmar acusaciones. Lo suyo ha sido casi un máster en Derecho Penal con trabajo de campo en carne propia.
Pero en estos diez años no todo ha sido fortaleza. El ánimo a tenido picos y valles. Uno de los peores momentos lo marcó la sentencia del Tribunal Supremo que resolvió el recurso del caso Malaya, que le aumentó la pena a 17 años y en concreto subió de cinco a siete años la condena por blanqueo al entender que el atenuante por colaboración con la justicia se le había aplicado con demasiada generosidad. Hasta entonces sus cálculos eran de unos 15 años de prisión efectiva, al aplicarse el triple de la pena más elevada, y pasaron a ser de 21. Seis años más que se presentan como toda una vida cuando ya se llevan diez entre rejas.
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