Gema Midón recibe la pieza entregada por Francisco y su esposa Ana.

Francisco destapa un trozo de historia

Un vecino de San Pedro cede a la ciudad una pieza arqueológica de la Edad del Cobre que ha guardado 40 años

Mónica Pérez

Viernes, 11 de diciembre 2015, 00:18

Con la satisfacción de saber que no se equivocó cuando hace casi 40 años decidió conservar un pequeño vaso realizado en mármol y caliza encontrado ... por unos operarios en Las Lomas de Marbella, Francisco Sánchez firmaba ayer orgulloso el documento que acredita la cesión al Ayuntamiento de Marbella de una pieza que según los expertos tiene un gran valor arqueológico y aporta información sobre la historia del municipio.

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Se trata de un vaso calcolítico, datado en la Edad del Cobre, que podría desvelar parte de la historia de la zona, en su etapa prehistórica, hasta ahora desconocida. En palabras del arqueólogo Miguel Oblitas, es una pieza «singular, ya que de estas características no hay más de 40 en toda España». La investigación realizada por este experto revela que este tipo de material se utiliza como elemento de prestigio en la época prehistórica y está asociado a necrópolis. Y algo más, podría evidenciar la existencia en Marbella de un yacimiento similar al de Corominas en Estepona. «En esta época los cementerios son megalíticos, son cámaras sepulcrales, como las que hay en Corominas. Nos está anunciando que en Marbella puede haber un yacimiento semejante a este, que es bastante importante», explica Oblitas.

Coleccionista nato y «arqueólogo frustrado», como lo define su mujer, Francisco Sánchez se hizo con la pieza hace 40 años en el contexto de la masiva actividad constructiva en la zona de las Lomas de Marbella. Unos obreros dieron con ella y cayó en manos de este vecino que desde entonces ha cuidado con mimo el vaso o «cuenco», como lo bautizó su familia, consciente de que aquel objeto sencillo escondía mucho más de lo que a simple vista daba a conocer. «Yo lo limpiaba como limpio el resto de cosas que tenemos en las estanterías, con un plumero», comentaba ayer entre risas Ana García, esposa de Francisco. «Pero llegó un momento en el que Paco dijo que estaba preocupado por el posible deterioro del cuenco, y lo metió en una vitrina. Nos reíamos de él porque pensábamos que estaba equivocado. Mis hijos y yo lo tomábamos a broma, pero él se tomó este tema con mucha seriedad».

Allí ha permanecido hasta que no hace mucho tiempo este matrimonio, que reside en un chalé cercano a la Basílica Paleocristiana Vega del Mar, se topó con el grupo de arqueólogos que siguen trabajando en el entorno. Ana les habló de la pieza. De aquella conversación se inició el estudio que ha venido a arrojar algo de luz a etapa prehistórica de la zona.

«La pieza sigue en estudio. Ha sido analizada en la Universidad de Cádiz y se le ha hecho un muestreo. A nivel científico, va a tener recorrido, más allá de estar en la vitrina», explica Miguel Oblitas.

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De momento pasa a formar parte del patrimonio municipal y de la colección de la sala arqueológica del Cortijo Miraflores. Una colección que el Ayuntamiento espera ampliar. Para ello, la responsable de Cultura y Educación, Gema Midón, animaba ayer a los vecinos que puedan tener piezas arqueológicas que crean puedan tener valor para que secunden la iniciativa de Francisco y las cedan a la ciudad. Midón habló además de la posibilidad de que en un futuro cercano todas ellas puedan tener cabida en un museo arqueológico de la ciudad.

«Es un día bastante feliz porque además es una persona que tenía muchas ganas de contribuir con su ciudad», destacaba Gema Midón tras la firma del convenio de cesión. El mensaje de Francisco Sánchez fue claro: «Esperemos que no se pierda y dure mucho en el futuro para todos en Marbella y su término municipal». Que así sea.

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