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Nieves Castro
Lunes, 27 de julio 2015, 14:08
El gran handicap del verano marbellí es el tráfico. El sensible aumento de vehículos que experimentan las entradas y principales vías del municipio, ya de por sí congestionadas durante el resto del año, es ya más que evidente a la altura del calendario en la que nos encontramos. La suma de los desplazamientos realizados por residentes y turistas origina en hora punta el colapso en los accesos a Marbella, San Pedro Alcántara y Puerto Banús desde la A-7 y tráfico lento en los cascos urbanos. Estos problemas forman parte de una foto fija que, sin embargo, recobran actualidad cada verano a la espera de que soluciones imaginativas o voluntad política diluyan de una vez por todas los puntos negros de la red viaria.
No son pocas las voces que exigen a Fomento la ejecución de mejoras en los accesos y desdoblamientos a las urbanizaciones de Las Chapas colindantes con la A-7. Sin ir más lejos, el Grupo Municipal de IU llevará al pleno del Ayuntamiento que se celebrará esta semana una moción en la que recuerda que los PGE contenían una partida específica valorada en 1,5 millones de euros para la realización de mejoras en la autovía A-7 dentro del término municipal de Marbella. «Hay un gran número de actuaciones pendientes de ejecutar en esta vía que soporta gran afluencia de tráfico de residentes y turistas», dice el edil de la formación Miguel Díaz.
La gran cantidad de complejos residenciales no conectados entre sí que se extiende a lo largo de la autovía y que obliga a cientos de vecinos a tomar la A-7 aunque sólo pretendan desplazarse a la urbanización contigua contribuye, también, a ralentizar el tráfico en una carretera referente en la Operación Paso del Estrecho. Este último hecho refuerza las posibilidades de la vía de convertirse en verano en un imán para los atascos habituales ya desde Calahonda en sentido Marbella. En este tramo, a la altura de Mijas, el tráfico lento es más palpable para los conductores que recorren la vía entre semana y sobre todo a media mañana. ¿Por qué? Porque a esa hora la A-7 absorbe el flujo de los turistas, el de los residentes de las múltiples urbanizaciones que se desplazan hacia la playa y el trasiego de los camiones que transportan mercancías rumbo Algeciras. En sentido contrario, hacia Málaga, suele ser frecuente, sin embargo, que el tráfico se ralentice a la hora del almuerzo, pues a los flujos de los veraneantes en busca del chiringuito donde comer se une el desplazamiento de los trabajadores que hacen lo propio camino de su vivienda. Los intermitentes de emergencia en la A-7, a la altura del Centro Comercial La Cañada, forman parte de esa foto fija antes mencionada debido a la gran cantidad de vehículos que abandonan Marbella por el arco.
Peaje más caro
Si acaso, la novedad es que este año los atascos han aparecido antes en el calendario. El problema de agosto se ha extendido como una mancha de aceite y el tráfico lento es especialmente evidente en la A-7 desde principios de mes. Ante esta situación los usuarios echan de menos una decisión política para revisar las elevadas tarifas de la autopista de peaje que ahuyentan a los conductores hacia la antigua N-340 cuando más vehículos circulan por la zona favoreciendo los tapone en esta vía. Desde que arrancó junio y hasta finales de septiembre, los precios de la autopista suman un considerable sobrecoste. El tramo Marbella-Málaga tiene un precio de 7,45 euros, casi un 40% más que durante el resto del año (a excepción de los 17 días que transcurren desde el Viernes de Dolores y el domingo siguiente al de Resurrección en el que también activan esta tarifa especial más cara). El resto de tramos repuntan en la misma proporción. Desde Marbella a Calahonda el coste es de 4,65 euros; a Estepona, 5,05 euros; y a San Pedro Alcántara, 2,9 euros, el mismo precio que para el tramo San Pedro-Estepona. El coste retrae a los conductores incluso cuando se producen tapones en la A-7 debido a pequeños alcances o a los habituales calentones que dejan inmovilizados a los vehículos en el arcén.
Más coches por la calles
Independientemente del volumen de tráfico que se desvía por el peaje, las entradas a la localidad son las que son. No sólo los accesos a Puerto Banús, San Pedro y Marbella por Ricardo Soriano, sino también la circunvalación, registran tráfico lento y congestión por estas fechas. El soterramiento de la A-7 y sus desdoblamientos tanto para acceder al casco urbano de San Pedro, Ronda o efectuar cambios de sentido hacia Marbella, Estepona o la playa es insuficiente para absorber el volumen de tráfico.
Dentro de la ciudad los tapones tienen sus picos. Puerto Banús se convierte en una ratonera, especialmente al caer la tarde, debido a la gran oferta de ocio de la zona que atrae a multitud de personas; mientras que en Marbella, el corredor este-oeste que forman las avenidas Severo Ochoa, Ramón y Cajal y Ricardo Soriano, se lleva la palma. Soporta un volumen de tráfico que se intensifica a partir de las nueve de la mañana y se mantiene a lo largo del día con ligeras variaciones y puntas entre las 12.00 y las 14.00 horas.
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