Un centenar de niños con 'espíritu verde'

Allí existen una gran cantidad de árboles plantados, pero que hasta dentro de años no alcanzarán la altura necesaria para dar sombra. «Hacemos todo este esfuerzo para que los niños se conciencien. Yo sé que los árboles que hemos plantado yo no los voy a ver, pero espero que mis nietos sí», afirmó uno de los voluntarios del espacio, Manolo Morón.

Tras mostrar especies autóctonas de Marbella como higueras o alcornoques que sí estaban lo suficientemente altas para apreciarlas y con bastantes años de antigüedad, Orioli explicó a los alumnos la importancia de las zonas verdes en los edificios y abrió la posibilidad de crear huertos en los tejados de las viviendas. Tras el desayuno, la acción se trasladó al segundo área del recinto: el huerto ecológico. Allí se separaron en dos grupos para aprender a cultivar frutas y hortalizas de una manera diferente. Mientras que algunos plantaban sus productos en las bandejas normales que sirven de semilleros, otros ponían en práctica la técnica japonesa de Nengo Dango, consistente en realizar pequeñas bolas con las semillas.

Este estilo de cultivo procedente de Oriente se hace en terrenos permanaturales como el de Arboretum, en los que el riego es solo a través de la lluvia. «Normalmente no regamos nunca a no ser que sea un año grande de sequía», explicó Morón a los niños que visitaban el espacio verde y que podrían poner en práctica esta técnica en casa si deciden crear un huerto. En este área se encuentra una de las peculiaridades que más llama a la atención a los niños: el wáter natural. «Consiste en un cuarto de baño que no necesita agua. Todo se aprovecha para hacer abono y fertilizante, pero lo que más sorprende es que no huele a nada», explicó Dionisio Carrillo, otro de los voluntarios.

Tras almorzar, los niños se desplazaron en autobús hacia Aventura Amazonia junto a la expedición encabezada por la directora de concesiones de Hidralia, Matilde Mancha y, los representantes de SUR Federico Moret, Pilar Perea y Yolanda Quesada. Allí, el medio ambiente siguiendo siendo protagonista, pero a través de los juegos de aventura y superación. En los distintos árboles de este parque se disponían decenas de actividades como tirolinas o pasos por puentes colgantes. Alrededor de las 16.30 horas, el autobús ponía rumbo de vuelta al colegio Rafael Fernández Mayoralas para poner punto y final a una jornada en la que sus alumnos pasaron un día rodeado de la naturaleza y con un espíritu más verde que al comienzo del día.