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MÓNICA PÉREZ / HÉCTOR BARBOTTA
Jueves, 12 de febrero 2015, 00:14
El Ayuntamiento de Marbella no tira la toalla en su voluntad de trasladar el polígono industrial de La Ermita a la nueva ubicación en el norte de la ciudad. Tras el varapalo que ha supuesto la sentencia del TSJA que anula las determinaciones del PGOU en referencia a los dos sectores afectados por el proyecto, el gobierno municipal ha puesto en marcha su maquinaria jurídica para intentar seguir adelante.
La decisión municipal se basa especialmente en cuatro sentencias anteriores dictadas por el TSJA tras sendos recursos de propietarios afectados que, en sentido contrario a la última conocida, daban la razón al Ayuntamiento, por lo que uno de los primeros pasos que se tomarán es solicitar la unificación de doctrina ante decisiones que se consideran contradictorias. En ese sentido se explicó ayer el portavoz del gobierno municipal, Félix Romero. «Estamos estudiando la sentencia en contra -sostuvo-. Nuestros servicios jurídicos nos dicen que no tiene por qué implicar el abandono del proyecto actual porque hay sentencias contrapuestas. Y lo que vamos a hacer desde los servicios jurídicos es buscar una unificación de doctrina dentro del TSJA para que nos digan la decisión última ante sentencias que son todas ejecutables y algunas contradictorias entre sí», explicó el edil.
Además de la unificación de doctrina, en el Ayuntamiento valoran actualmente qué camino seguir para que este proyecto urbanístico, considerado un asunto clave para el futuro de la ciudad y seguramente el más importante previsto en Andalucía para los próxima década pueda seguir adelante. El traslado del polígono de La Ermita, una zona de 34 hectáreas que llega hasta primera línea de playa en la que se asientan 600 naves, la mayor parte talleres y pequeñas industrias, supone la mayor operación de modernización urbanística jamás planteada en Marbella que generaría, según fuentes vinculadas al proyecto, un volumen de inversión estimado en cerca de mil millones de euros. El traslado, además, está previsto en el Plan de Ordenación Territorial de la Costa del Sol, y por ello se incluyó en el PGOU de Marbella.
En ese sentido el portavoz municipal aseguró que «se intentará salvar desde el ámbito jurídico», al entender que «es el que mejor se ajusta a las necesidades de los ciudadanos y el de mayor importancia para el desarrollo de la ciudad».
Los servicios jurídicos municipales y la sociedad propietaria de los terrenos de la Serranía, suelo donde se desarrollaría el parque empresarial cuya construcción permitiría que darle a La Ermita un nuevo uso, estudian ahora los pasos a seguir, que irían en varias direcciones. En principio se ha descartado un recurso ante el Tribunal Supremo para evitar que el proyecto entre en un estado de paralización. Por el contrario, las iniciativas irían por un lado, en solicitar la unificación de doctrina del TSJA; por el otro, aportar los estudios desarrollados para la elaboración del plan de sectorización -elaborados por el equipo del arquitecto Ángel Asenjo-, que desmienten al informe en el que se basó la sentencia desfavorable conocida anteayer, y finalmente adaptar el Plan General a esa decisión judicial, que en opinión de diversas fuentes vinculadas a este proyecto no descalifica el proyecto en su conjunto, sino algunos de los aspectos contenidos en las fichas urbanísticas directamente afectadas.
Se trata de un debate esencialmente técnico. La sentencia dictada por el TSJA considera que el traslado no puede hacerse porque el suelo que se pone a disposición en la Serranía para la construcción del parque empresarial es insuficiente para el traslado de todas las naves existentes en La Ermita. Según la sentencia, sólo habría disponibles 168.000 metros cuadrados para trasladar naves que ocupan actualmente 340.000. Sin embargo, no se ha tomado en cuenta, según destacan fuentes consultadas por este periódico, que no todos los usos actuales en el polígono tendrán que trasladarse al nuevo parque empresarial. Un ejemplo es el de las concesionarias de coches que actualmente ocupan naves situadas a pie de playa frente a la playa de El Cable y a escasa distancia del puerto de La Bajadilla. El proyecto contempla que los propietarios de estas naves puedan mantener escaparates de exposición en los nuevos edificios que se construyan y sólo lleven los talleres y almacenes al nuevo polígono.
Además, el plan de sectorización de la Serranía, que iba a ser aprobado en el pleno municipal de febrero, ha determinado que el suelo disponible suma 288.000 metros, superficie muy superior a la reflejada en la sentencia.
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