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José Luis, con su novia, María, junto a una clásica cabina.
«Me fui a Oxford para mejorar en lo profesional y por sus opciones deportivas»

«Me fui a Oxford para mejorar en lo profesional y por sus opciones deportivas»

José Luis González Rodríguez, diplomado en Educación Física y licenciado en Pedagogía, sueña con ser maestro y es un gran aficionado al deporte. Hace un año se marchó con su novia a Inglaterra a perfeccionar el idioma y confiesa: «Los inicios fueron duros»

Antonio J. Guerrero

Lunes, 25 de agosto 2014, 19:32

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José Luis González Rodríguez combina su pasión por el fútbol-sala, su deseo de ser maestro y el amor por su pareja, María Berrocal, con quien hace un año decidió marcharse a Inglaterra para perfeccionar el idioma con el sueño de regresar lo antes posible a España, aunque es consciente de que la situación laboral es menos halagüeña de lo que podría esperar.

«Me fui a Oxford con la esperanza de poder desarrollarme como persona y como profesional, además de por el deporte, ya que practico fútbol-sala». Es precisamente su afición deportiva la que lo estimuló para emprender el viaje, ya que había jugado en diferentes equipos en los últimos años, entre ellos el UMA Antequera de Moli: «Salió la opción de poder ir allí, jugar en primera y así podía practicar inglés, lo cual es vital para el trabajo que quiero desarrollar en un futuro muy cercano, que no es otro que ser maestro».

Con el fútbol-sala como acicate, ahora aspira a perfeccionar su inglés para volver a España y poder practicar por fin la docencia: «Mis metas son otras, tener un buen nivel de idiomas, regresar y poder hacer unas oposiciones con el fin de llevar a cabo la profesión de educar a las generaciones venideras y transmitir los conocimientos y vivencias que he adquirido».

Sus inicios fueron duros y reconoce que se hubiera replanteado su vuelta de no ser por el apoyo recibido de María Berrocal, su pareja: «No fue como nos lo habíamos imaginado; viajé y la adaptación fue bastante dura, pero menos mal que fui con ella, que me ayudó a aguantar. La adaptación al idioma, la búsqueda de trabajo y el clima hacen que todo se vea más negro de lo que en realidad es».

Al comienzo había que sortear las diferencias propias entre uno y otro país:«En España tenemos un buen clima, buena comida y esa gracia y chispa que en los ingleses cuesta tanto ver, sin embargo tengo comprobado que son bellísimas personas, comprensivos y con ganas de aprender español».

Una vez superado el periodo de adaptación, lo que más echaba en falta eran sus padres, sus amigos, la comida y «el buen fútbol». En Oxford destaca la forma de ser de la gente, que «ama la historia, y cada rincón esconde un relato que contar». Allí empezó a jugar con el Oxford City Lions, donde conoció «a personas encantadoras, aunque el nivel de la liga no se corresponde con el de España, pero bueno es un país que en lo que a fútbol-sala se refiere está creciendo por momentos».

Tras unas pequeñas vacaciones en Antequera, prepara de nuevo las maletas porque «el trabajo en nuestro país está cada vez peor, no sé qué harán nuestros políticos para solucionar esto, pero sinceramente creo que hacen bastante poco».

¿Quién es?

  • Datos José Luis González Rodríguez, 25 años. Nacido en Antequera.

  • Estudios Diplomado en Magisterio de Educación Física y Licenciado en Pedagogía por la UMA.

  • Idiomas Inglés.

  • ¿Qué está haciendo? Aprende inglés en Oxford, juega al fútbol sala y es camarero en un college.

  • Aspiraciones Ser maestro en España con buen nivel de inglés.

  • Aficiones Deportes y amigos.

Se muestra incrédulo sobre las salidas profesionales y no entiende cómo dejan salir a los universitarios en un horizonte incierto: «Nadie hace nada para arreglarlo, sólo se pasan el día viendo en qué se ha equivocado el partido de la oposición para poder tener un tema de debate, en lugar de luchar por los ciudadanos que han hecho que estos tengan un despacho y un sueldo vitalicio».

A modo de reflexión, dice que «una pena que tengamos miles de jóvenes y no tan jóvenes en el extranjero porque nuestros políticos no hacen nada por retener y cambiar la situación de nuestro país. Me gustaría que muchos de estos políticos sintiesen lo que sentimos tantos jóvenes cuando nuestros padres nos acompañan a un aeropuerto y se despiden de nosotros hasta los próximos ocho meses».

Pepiyo Casasola, su nombre futbolístico por su padre, José Luis González Casasola, y por su abuela María Casasola, es uno de esos jóvenes entusiastas que crecieron con el deporte, estudiaron en la Universidad y ahora quieren poner en práctica sus inquietudes. Tras su formación, se propone perfeccionar su inglés y alcanzar altas cotas en su lugar de origen, «tierra de fútbol-sala».

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