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Dani ‘Drunkorama’ tras la barra del bar. M. CARMEN SÁNCHEZ
«Lo que se cuenta en la barra se queda en la barra»

«Lo que se cuenta en la barra se queda en la barra»

Es un tipo que se hace notar. Porque no se muerde la lengua. Y por el toque gamberro que tiene. No solo lo parece: «Lo soy», confiesa. Daniel Romero, ‘Gomi’ para sus amigos de toda la vida y ‘Drunko’ para los adquiridos con años tras la barra, es uno de los principales dinamizadores de la cultura ‘underground’ y alternativa de la ciudad

Regina Sotorrío

Viernes, 24 de julio 2015, 01:06

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Es un tipo que se hace notar. Porque no se muerde la lengua. Y por el toque gamberro que tiene. No solo lo parece: «Lo soy», confiesa. Daniel Romero, Gomi para sus amigos de toda la vida y Drunko para los adquiridos con años tras la barra, es uno de los principales dinamizadores de la cultura underground y alternativa de la ciudad. El bar Drunk-O-Rama es su base de operaciones. Si no le encuentran allí, probablemente esté subido en algún escenario con gorra y gafas de aviador al frente del grupo The Oddballs.

¿Cuántos conocen su apellido?

Muy pocos. ¡Y hasta que empecé con el bar muy pocos conocían mi nombre! Me decían Gomi, que era un apodo que tenía de chico en el barrio. Ahora soy Dani Drunko.

Adiós Puño Americano and His Puñettes. Llega The Oddballs. ¿A qué se debe el cambio?

Dos de las niñas del grupo se fueron, y tener que buscar voces nuevas era un retraso para nosotros. Juanillo, Mario y yo estamos desde el principio, pero las niñas han cambiado constantemente. Y así es muy difícil avanzar. Ahora casi la mitad del repertorio es nuestro.

Toman el nombre y la estética del personaje de una parodia bélica, Los violentos de Kelly, con esos gorros y gafas de aviador. ¿Es importante reírse de uno mismo?

Yo soy partidario de reírse absolutamente de todo, empezando por un mismo. Siempre que sea sin maldad. Estos días que se ha hablado mucho de lo del concejal Zapata... Obvio que no se pueden hacer este tipo de declaraciones en público, pero hay gente que tendría que dimitir por otros mil millones de cosas más que por hacer humor. La gente a veces es muy cínica. La mejor forma de hacer igualdad es bromear con todo. Pero ahora no diré una de mis burradas, vaya a ser que algún día sea concejal...

¿Sería concejal?

No lo creo, sería corrupto (risas). Pero seguramente tenga más idea de cómo hay que hacer las cosas que un concejal. Los que estamos en la calle tenemos soluciones reales a problemas reales, ellos tienen soluciones ficticias a problemas que desconocen.

¿Es un gamberro o solo tiene pinta de gamberro?

Lo soy, siempre lo he sido. A veces ya me planteo que no tendría que ser tan gamberro a la edad que tengo... Pero sí, me gustan muchos las bromas y la picardía que le hace falta a veces a la vida.

¿No cansan ya tantos años en el mundo de la noche?

Sí que cansa. El Drunko primero era de copas y este ya es también de tapas. Cada vez tiendo a algo más relajado. Montar un bar es lo más sencillo del mundo, es solo poner bebidas, pero cansa mucho. Si tienes que aguantar a gilipollas en cualquier trabajo; en este trabajo se aguantan además a gilipollas borrachos.Hay que tener mucha paciencia.

Daniel Romero Drunkorama

  • ¿Quién es? Daniel Romero, malagueño del año 1976.

  • ¿Qué hace? Director desde hace 9 años de «la Oficina de Asuntos Locos» (escribe en Facebook) del Drunk-O-Rama Café-Bar en diferentes ubicaciones. Exlíder de Puño Americano & His Puñettes, ahora al frente de The Oddballs.

Habrá visto de todo detrás de la barra.

De todo. Pero lo he tomado como algo anecdótico y divertido. Se conoce a mucha gente detrás de la barra de un bar, y a mucha gente rara.

Y habrá escuchado muchas confesiones.Los borrachos siempre dicen la verdad.

Siempre hemos tenido barra pequeña en el Drunko y hay veces que te enteras de cosas que no te quieres ni enterar. Peleas de parejas, muchas. Es el tópico del barman que hace de psicólogo y de confesor, pero lo que se cuenta en la barra se queda en la barra. Por mi bien mental, e incluso físico algunas veces (risas).

Junto con Velvet Club han puesto en marcha el BurgerFest y el Vermut-O-Rama, eventos de día con comida y música en vivo. ¿Faltaba imaginación en esta ciudad?

Faltaba imaginación y faltaba el momento. Yo me doy cuenta de que mi clientela ha ido creciendo conmigo en edad, y cada vez le apetece menos salir de noche. Había que buscar cosas alternativas. Pero si esto hubiese ocurrido en otro momento que no fuera en la explosión cultural que hay en Málaga, quizás hubiera pasado sin pena ni gloria. Y a veces falta también empuje. Hago todas estas cosas por el negocio, pero también porque si no me aburro. Pero que nadie piense que nos estamos haciendo de oro, estamos sobreviviendo. Lo que sí tenemos es la gratificación de la gente.

Salas de conciertos y músicos han denunciado que se sienten perseguidos por las inspecciones y las multas. ¿Es su caso?

No como músico, me siento perseguido como ciudadano. Hay afán recaudatorio desde todas las administraciones. Y es lo de siempre, hay que diferenciar entre quien se dedica profesionalmente a la música y quien lo hace por hobby, y hasta le cuesta el dinero.

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