Los sospechosos del robo de la Mona Lisa se reúnen en una nueva coctelería en Málaga
Ángel Vita abre en el Centro Yoconda No Está, local inspirado en el suceso que tuvo lugar en 1911 y por el que fue interrogado Picasso
Jura que no ha tenido nada que ver. Ángel Vita se declara inocente. Los recientes robos de obras de arte tanto en París como ... en Granada sólo se han cruzado en su camino. En realidad, él simplemente se inspiró en el robo de la Gioconda que tuvo lugar en el Louvre en 1911. El de este 2025 -hace sólo cuatro días- ha sido pura casualidad. Desde mucho antes, este joven malagueño ya tenía localizados a los sospechosos de aquel otro incidente ocurrido a principios de siglo. Tanto que los ha convertido en cócteles. Los que forman la carta de Yoconda No Está, el primer proyecto propio de Ángel Vita.
Curtido en mil y una batallas tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, el coctelero malagueño pone en marcha ahora esta curiosa propuesta en pleno Centro de la ciudad (calle Correo Viejo). Allí el ambiente museístico lo invade todo: desde los documentos adquiridos en el Museo Picasso y que exponen en su vitrina hasta los murales de las paredes que han pintado a mano.
En ellos no falta la Gioconda, pero tampoco Picasso. ¿Por qué? El malagueño universal fue uno de los arrestados e interrogados por el robo del cuadro. Finalmente fue absuelto, pero Ángel Vita ha querido tirar para las raíces y hacer mucho guiño a Málaga en este nuevo local: «He estado mucho tiempo trabajando fuera y quería hacer algo muy de aquí, propio y con estilo. Mi idea ha sido traer toda aquella historia de principios de siglo y hacerla nuestra, así que toda la carta gira en torno al robo de una forma muy entretenida e interactiva».
De hecho, basándose en el proceso del caso que mantuvo a la Gioconda fuera del Louvre dos años, desgrana paso a paso los cócteles. Cada uno es una parte del robo. Y todos, con horas de trabajo detrás. Hablamos de cócteles de autor en los que podemos encontrar desde remolacha asada hasta espuma de mascarpone. «Seguimos una línea muy gastronómica, salvando las distancias, una especie de alta cocina líquida», define Ángel Vita, cuya pasión por el arte le impulsó a llevar por ahí los tiros de su estreno como empresario.
Además, entiende la coctelería como un arte. Todo conectado. «Quería que entrar a Yoconda No Está fuera como entrar en un museo, que hubiera colores, cubismo, luz», apunta el malagueño sobre este nuevo establecimiento de aire enigmático en el que se cuida hasta el más mínimo detalle: desde los marcos vacíos hasta la caja de la cuenta, el mobiliario o la Mona Lisa comestible que acompaña alguno de los cócteles.
Entre ellos, una importante apuesta por los generosos aunque con una amplia variedad de destilados, a cual más curioso: de Japón, de Finlandia, de Filipinas, de trufa, de hoja de higo… Hasta 200 referencias. Y «sólo destilados premium», avisa Ángel Vita, con decenas de ideas en la cabeza para ir incorporando al proyecto, como eventos y actividades. Para ello ya se ha agenciado un misterioso reservado al fondo. Como cualquier salón privado del Louvre. Pero en Málaga.
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