Confitería Daver, tradición artesana en el centro de Ronda

El abuelo de David, artesano heladero, llegó desde Ibis (Valencia) a Ronda, donde abrió junto a su hijo una heladería. Los helados artesanales siguen formando parte de la oferta de Daver, igual que los panes y brioches, incluyendo unas mediasnoches inolvidables, que introdujo más tarde su padre cuando decidió ampliar la oferta de pastelería montando la primera boutique del pan de la ciudad.

David, criado entre la actividad y los aromas del obrador, abrazó el oficio de pastelero con pasión, y acudió a las mejores escuelas nacionales para formarse en todas las técnicas posibles: repostería clásica en León, bollería en Barcelona, hojaldres en Gijón, donde junto al maestro Salvador Álvarez Maño aprendió los secretos de otra de sus especialidades, el hojaldre de mantequilla que sirve de base a sus famosas milhojas. En el año 2003, ya al frente del negocio con su mujer, abrieron una nueva línea que hoy es uno de los símbolos de Daver: la chocolatería y la bombonería. En especial, la elaboración de zapatitos de chocolate, que, como cuenta Verdú, se adaptan a las tendencias de moda de cada temporada: «De eso se encarga mi mujer», dice. Zapatitos que, siendo Ronda una ciudad turística, han viajado a todo el mundo, y ahora lo hacen también gracias a la tienda 'on line' de Daver.

Pero desde las vitrinas llaman la atención muchas más especialidades, todas ellas elaboradas con productos de calidad y con rigor artesano; desde las florentinas y guirlaches a las pastas de té y hojaldritos para sobremesa; desde la tarta de limón y merengue y las tartaletas de frutas a los dulces tradicionales de la zona como gañotes, amarguillos o yemas. Dulces de Navidad, para fiestas tradicionales y tentaciones más actuales como semifríos, vasitos y mousses. Pero la calidad del hojaldre y el chocolate hacen que unas simples palmeritas sean todo un hallazgo. También hacen algunos dulces sin azúcar.