Explorar el catálogo de nuevos alimentos de la Unión Europea (EU Novel Food Catalogue) da la medida del ritmo, inédito en la historia, de introducción ... de ingredientes desconocidos o inusuales en nuestra dieta. El encuentro entre Europa y América comportó una transformación radical, y rápida en términos históricos, de la despensa de ambos continentes, pero esta lista en constante ampliación, deja pequeño aquel gigantesco intercambio, porque EU Novel Food no solo se nutre de organismos tal cual los encontramos en la naturaleza (bacterias, hongos, medusas, insectos y otros invertebrados, algas, vegetales, etc).
También incluye alimentos sintetizados en laboratorio: modificados en su estructura molecular, procedentes del cultivo de células u otros métodos nuevos de producción, de nanomateriales artificiales, etc. En un momento en que la investigación sobre fuentes alternativas de proteínas y nutrientes es uno de los empeños más rentables de la ciencia aplicada, cualquier hallazgo ha de obtener el visto bueno de la UE en un trámite cuya duración media es de 18 meses. Cuestión aparte es cuánto tiempo transcurrirá antes de que algunos de esos alimentos encajen en nuestra cotidianeidad. El aguacate lleva en Europa desde el siglo XVII como árbol ornamental, pero sus frutos solo se han convertido en un alimento básico en las últimas décadas. En el caso de las algas y sobre todo de los insectos y gusanos terrestres, la FAO lleva años anunciando que serán vitales aportes de proteína en un futuro no lejano, pero por ahora la mayor parte del consumo es invisible.
Las macroalgas se usan como espesantes y gelificantes, y el primer gusano aprobado como alimento en Europa, el 'Tenebrio molitor larva' (gusano de la harina) se está convirtiendo precisamente en harina para aprovechar su valor proteico en panes y pastas. De ahí a que seamos capaces de comerlos en fresco pasará un tiempo.
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