Ruta por Casarabonela: el jardín de cactus y los platos de antaño
El municipio, un balcón entre el Guadalhorce y la Sierra de las Nieves con una oferta culinaria auténtica y suculenta
Esperanza Peláez
Martes, 26 de enero 2016, 23:01
A menos de 45 minutos en coche desde Málaga, Casarabonela, enlace geográfico entre las comarcas del Valle del Guadalhorce y la Sierra de las Nieves, ... es un destino perfecto para desconectar del bullicio urbano. Balcón natural sobre el Valle del Guadalhorce, su blanca estampa, hermosa ya desde lejos entre los olivares de verdeo y las crestas de la sierra, gana con la proximidad, porque el pueblo ha conservado perfectamente su fisonomía de época andalusí, y las empinadas calles blancas se embellecen con antiguas fuentes y caños, hornacinas e incluso algún que otro resto inesperado, como la chimenea industrial de una central eléctrica del siglo XIX que permanece erguida casi adosada a un grupo de casas.
En esta zona el olivar se dedica sobre todo a la aceituna de mesa de la variedad Manzanilla Aloreña. Son árboles pequeños, de copa abierta, que ahora en invierno se recortan sobre un paisaje de lomas verdes. En el pueblo hay varias empresas dedicadas a la aceituna, y también un par de almazaras. Una de ellas, Natur-Aceites, produce aceites ecológicos de Manzanilla y un coupage de otras variedades cultivadas en la zona. La antigua cultura del olivar se expresa aquí en la singular fiesta de la Virgen de los Rondeles, el 12 de diciembre .
Pero la visita inexcusable en Casarabonela en cualquier época del año es el Jardín Botánico de Cactus Mora i Bravard, que alberga una de las mejores colecciones de cactáceas y plantas suculentas de Europa. Además de la sorprendente variedad y belleza de especies, el personal es amabilísimo y transmite el entusiasmo por el patrimonio botánico del que cuidan. Hay diversas modalidades de visitas, y algunos paquetes permiten conocer también en visita guiada el Molino de los Mizos, antiguo molino aceitero hoy convertido en museo.
Quien quiera combinar esta visita con un espectáculo único, tiene que acercarse en Semana Santa, porque la Pasión de Casarabonela, que se celebra en el interior de la preciosa Iglesia de Santiago, es posiblemente la más impactante tanto desde el punto de vista estético como por su contenido, en la provincia.
Buena mesa
Otro patrimonio de Casarabonela es su recetario. Cocina sencilla, basada en los productos de temporada del huerto, la matanza del cerdo y la caza menor. El plato estrella es el pipeo, y el sitio para probar esta antigua menestra donde las protagonistas son las pipas de habas y la lechuga que se enriquecen con majado de almendras y bolos de pan, es el Bar Nuevo, un negocio familiar en cuya cocina reina la carismática María Cueto.
María Cueto es una embajadora de la cocina local, y además de haber elaborado el pipeo en programas de televisión o en cursos para cocineros profesionales, borda otros platos como los callos, el conejo al ajillo o las carrilladas de cerdo en salsa. El servicio que comandan sus hijos es eficaz y amable, los platos generosos, y en la bodega ofrecen algunos vinos malagueños con muy buena relación calidad-precio.
Los amantes de las carnes a la parrilla pueden disfrutar de lo lindo en La Parada, donde la especialidad es el conejo a la brasa de leña, pero también tienen otros cortes de cerdo y ternera.
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