La batalla del plástico
GASTRO REFLEXIONES ·
ESPERANZA PELÁEZ
Sábado, 10 de diciembre 2022, 00:09
La batalla contra los plásticos de un solo uso en alimentación avanza como algunos bailes, con un pasito adelante y un pasito hacia atrás. La ... medida de obligar a pagar por las bolsas en los comercios ha logrado que buena parte de los clientes se acostumbren a reciclarlas, incluso a llevar siempre alguna encima por si acaso. Parece un signo de cambio, pero luego llegas a la sección de carnicería o charcutería al corte, y aparecen las ubicuas barquetas, seguramente más caras de producir que las bolsas e igual de difíciles de degradar. En el supermercado que frecuento se llegó a adoptar durante algunos meses la medida de retirar de la venta el film de cocina, mientras que las torres de barquetas de plástico se amontonaban a la espalda del charcutero y el carnicero.
A poco tiempo de que el Gobierno apruebe una nueva normativa que prohibirá el uso de plástico para envolver frutas y verduras en cantidades inferiores a 1,5 kilos, el último lanzamiento del supermercado líder en España nos lanza de nuevo unas cuantas casillas atrás. Se trata de un huevo a la plancha listo para calentar en el microondas que merecería todo un estudio sociológico. Aparte de costar más o menos lo mismo que una docena de huevos crudos y de necesitar el mismo tiempo para calentarse que requeriría cocinarlos de cero, se presenta (de nuevo) en un envase que tardará varios cientos de años en degradarse.
Lo más triste del caso no es la extrañeza que provoca la imagen de ese monumento a la sinrazón que no podrá saber a nada que no sea plástico. El hecho de que llegue al mercado pone de manifiesto que somos los consumidores los que estamos muy lejos de entender el problema que tenemos. Seguimos comprando agua envasada de calidad no mejor que la que nos ofrece la red de abastecimiento. Seguimos prefiriendo abrir una bolsa a enjuagar una lechuga y picarla. Cocinamos y entendemos lo que estamos comiendo cada vez menos. Y a la vez intentamos llenar con comida el vacío que genera esta trepidante espiral de consumo.
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