Una semana muy singular

Dicho esto, cabe dedicar una reflexión de cómo está el fútbol español. En la Champions, tras haber caído por el camino el Barcelona, Sevilla y Atlético, sólo nos queda un representante español, el Real Madrid, que esta temporada no es de fiar. Y no es eso lo peor, sino que las máximas estrellas del momento. Messi y Ronaldo, se han quedado en la calle, acrecentando el bajonazo de calidad y de atracción de la máxima competición europea y casi mundial. Bajonazo que se refleja en nuestra selección nacional, que en plena transición generacional no parece responder al cartel que tenía y que, actualmente, no tiene. En mi opinión, muy personal, ese relevo tendría que hacerse más pausadamente y no por las bravas, contribuyendo a una mayor desorientación. Hoy por hoy no se vislumbra un jugador con la suficiente personalidad y calidad para servir de referencia y ejemplo a los que van llegando. Y lo que es peor, no sabemos cuál es el titular de una selección que no tenía ni tiene su mayor problema en la portería. Naturalmente quedamos a la espera de un equipo distinto cuando, en septiembre, en la reanudación de las eliminatorias, los jugadores 'en forma' sean otros.

Paralelamente al bajón futbolístico actual surge el del arbitraje y el mal entendimiento existente entre los colegiados de campo y los del VAR. Los errores vistos la pasada semana (el escandaloso gol del Tenerife al Málaga y el penalti al Almería en el minuto 99) serían temas de las tertulias si, en vez de Segunda, hubiese ocurrido en Primera. Así que suerte y a ver a quién le toca esta tarde de Martes Santo en La Rosaleda.