El primer triunfo de José Alberto

Probablemente alguno esgrimirá que Vamos elige los partidos del Málaga debido a su población –lo que garantiza a priori más audiencia–, pero esta tesis cae por su propio peso si se analiza la pasada temporada, cuando el equipo no desentonaba en la competición y figuraba habitualmente en la zona media pese a ser el menos dotado de recursos económicos en función del tope salarial asignado por LaLiga. Entonces, el canal de Movistar sólo eligió ocho de sus 42 encuentros (dos en casa y seis a domicilio).

En un campeonato que se presume más igualado, sin tanta diferencia como hace un año, el malaguismo presume de equipo. Y no tanto por su posición en la tabla (sexto, en la zona de 'play-off', tras cinco jornadas) como por el juego y el empuje exhibidos habitualmente. Lógicamente la mejoría en el nivel de la plantilla tiene clara influencia, porque sin el acuerdo entre LaLiga y CVC algunos de los últimos refuerzos no habrían llegado a La Rosaleda, pero no puede quedar en el tintero el papel de José Alberto en el estilo de juego.

Porque, igual que ha sorprendido la llegada de tantos jugadores conocidos/recomendados por el entrenador ovetense, es relevante destacar que desde el primer día la sintonía entre el director deportivo, Manolo Gaspar, y José Alberto fue total en el planteamiento de la plantilla en función de un estilo determinado. Por eso, el grupo se confeccionó a tenor de varios aspectos tácticos. Uno de ellos, quizá de los más importantes, guarda relación con el perfil de los extremos y los laterales.

La pasada temporada, en el Mirandés, José Alberto dispuso de extremos de desborde junto a otros más especialistas en moverse en zonas interiores, pero básicamente el éxito de un equipo tan modesto se basó en la fluida circulación de la pelota. El Málaga lo pagó con creces en la segunda parte en La Rosaleda, cuando estuvo casi siempre a merced de un rival envalentonado y con una confianza impensable en un grupo tan joven.

Si se analiza la evolución del equipo, cada vez es más evidente que juega mucho más y mucho mejor por dentro. Es fácil recurrir al ejemplo del primer gol frente al Girona, con los extremos en zonas interiores. Kevin apareció casi en el papel de organizador e intuyó el movimiento entre líneas de Paulino para que este dispusiera de una opción de tiro. No fue la única aparición de ellos en zona de remate. El malagueño tuvo una oportunidad que no pudo aprovechar dentro del área y posteriormente Paulino estrelló la pelota en el palo izquierdo al golpear con la derecha (él es zurdo) en un centro de primeras de Víctor Gómez.

No es sólo que los extremos ahora titulares se muevan a banda cambiada, porque Brandon o Antoñín también lo han hecho en momentos puntuales. El objetivo pasa por tener más líneas de pase, consecuencia directa de contar con más apoyos por dentro. Gracias a ello, no existe tanta distancia entre líneas y, sobre todo, permite que los laterales jueguen habitualmente en campo contrario. Esa era otra de las prioridades de José Alberto: contar con laterales ofensivos y, como se dice ahora, 'de buen pie'. Apostó de lleno por los que tuvo en el Mirandés, Víctor Gómez y Javi Jiménez, pero el nivel de Cufré lo ha llevado a ser titular y además Calero está en la recámara en la derecha. Ismael Casas cuenta con pocas opciones para jugar de '2' precisamente porque es más de corte defensivo.

Otro matiz importante en los efectos del papel de los extremos está relacionado con la pareja Escassi-Luis Muñoz. De salida no era una opción que agradara precisamente al entrenador malaguista, más partidario de contar con un futbolista creativo en esa pareja. Las ausencias de Jozabed, Ramón e Ismael Gutiérrez lo impidieron. No obstante, con la evolución de los extremos, ahora es más perceptible que la figura de '8' casi ni existe.

El arranque del juego malaguista cuenta con Escassi incrustado entre los dos centrales y con Luis Muñoz más adelantado. De este modo, con los laterales por delante de la divisoria y los extremos por dentro, el Málaga cuenta en ocasiones con hasta cuatro futbolistas que permiten combinar y, por lo tanto, arrinconar al contrario en su parcela. A los extremos se suman Luis Muñoz (que así puede también merodear la frontal para intentar el disparo u optar a un remate) y el dinámico Brandon. Otra consecuencia: la pareja Escassi-Luis Muñoz ya no parece tan estrictamente de contención. Y así el estilo es mucho más vistoso para satisfacción de José Alberto.