No, no ha cambiado el panorama malaguista ante la nueva temporada oficial que se acaba de abrir. Pero sí el margen esperanzador de que el ... Málaga pueda ir a más. Perdió en Tenerife, pero no es eso lo peor, sino que sigue manteniendo su absoluta incapacidad cara a la portería contraria y, por el contrario, dejó ver fisuras en la defensa que en la anterior campaña fue de las más destacadas de la categoría. En realidad no caben comparaciones porque nada tiene que ver este equipo del domingo con el que se salvó heroicamente del descenso. De momento ya es meritorio que Pellicer haya podido conocer personalmente a todos y cada uno de los jugadores que le han ido llegando hasta el momento de confeccionar la lista de viajeros a Tenerife. Yo confieso que no me dio tiempo a memorizar los nombres de los jugadores malaguistas y me conformaba con ver a los futbolistas vestidos de verde y morado en busca de la portería tinerfeña. Que fue muy poco por cierto. El Málaga solicitó en su momento jugar lejos de casa los dos primeros encuentros del calendario. Y me atrevo a pensar que, más que la resiembra del césped, pudo tener algo que ver la idea de ganar tiempo para la construcción del nyevo equipo y debutar en La Rosaleda con una mejor imagen. En cualquier caso, debería traerse un empate siquiera en su segunda salida ante un henchido Castellón, que ya ganó en su vuelta a Segunda División después de muchos años. Porque, ya saben, el primer visitante se llama Girona, el que cerró aquí la temporada anterior.
La Liga 2020-21 no va a ser fácil, de ninguna manera. De salida ya sabemos que cuenta con un líder 'a lo Real Madrid', el Espanyol, que con sus 50 millones de presupuesto podría acoger a más de la mitad de equipos de Segunda. Un potencial económico capaz incluso de tapar cualquier desvanecimiento técnico que pudiera tener a lo largo de la temporada. No es el caso del Málaga, cuya aspiración máxima es poder hacer algún fichaje de cierta efectividad antes del 5 de octubre. Por ello, lo más recomendable es que nos armemos de paciencia y una mínima dosis de optimismo. Y esperar que el jeque pague los cinco millones que debe al club. Como mínimo.
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