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Los aledaños del Coliseo romano eran algo inimaginable: la Esperanza iba camino de encerrarse en medio de vivas y ovaciones a la Virgen perchelera y ... a Málaga, con el cimbrear de las morilleras de su impresionante palio con su hermoso manto protegido por una lluvia que nadie esperaba, pero que ni por asomo iba a restar un ápice a lo que se veía. Entre las decenas de miles de personas que miraban absortos a la Reina de Málaga, con el impresionante acompañamiento musical de la Banda de la archicofradía, cientos de malagueños venidos expresamente para no perderse lo que sin duda ha sido un acontecimiento único y posiblemente irrepetible. En medio de los vivas a la Virgen, un grito de gol irrumpió por medio de la calle Largo Corrado, en pleno corazón del Foro Itálico: era el segundo gol de 'gladiator' Chupete, porque además el Málaga no podía perder. Era imposible, y eso que el 0-1 nos recorrió el cuerpo a todos. Pero la pancarta en el Fondo Sur era contundente: «Málaga reza en La Rosaleda mientras la Esperanza bendice Roma». Alucinante. Ingenio, fervor malaguista y cofrade. Y el grito de gol retumbó en las decenas de coches de seguridad de los jefes de estado que llegaban a Roma para el acto de entronización del Papa León XIV en el Vaticano. Entre las procesiones y lo referido, las calles de la ciudad romana eran un caos, la alegría de los malagueños superaba todas las dificultades. La Esperanza había conmovido Roma, la gran Reina de Málaga conquistó los corazones de los italianos y dejó imágenes para la historia. ¿Cómo iba a perder el Málaga? Su Señora no lo iba a permitir. Los malagueños que llenaban las calles tenía el móvil a pleno rendimiento: para captar imágenes de la gran procesión, de ese grandioso trono barroco, y para seguir el partido del Málaga frente al Sporting. El 0-1 era imposible, y la Divina prisionera del romero se valió de un joven cordobés que va para figura (por favor, señores del 'secuestro judicial', ni lo miren ni se lo den al Braga por tres perras gordas) para conseguir una victoria que puede valer una permanencia. La Esperanza nos cubrió su manto celestial e hizo el milagro, materializado por 'gladiator' Chupete. Fue una gesta, porque un día tan maravilloso que no podía terminar con la derrota del Málaga. Era imposible. Estaba la Esperanza en las calles de Roma…
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