La 'nueva' Rosaleda para el Mundial 2030: más espectadores que en 1982, aunque todos sentados

Los aficionados más veteranos aún recuerdan el ambiente que se vivía en La Rosaleda con motivo de la visita de los 'grandes', cuando se agotaban las localidades, pero especialmente la tarde en que se midió al Málaga el Barcelona encabezado por Diego Armando Maradona. Aquella tarde el estadio estaba tan repleto que las escaleras e incluso los pasillos de acceso a cada zona se veían pobladas de niños.

El aforo del recinto era entonces superior a las 42.200 localidades, pero ese día se dio por hecho que el número de espectadores rondaba los 45.000. Precisamente esa cifra sería aproximadamente oficial para la 'nueva' Rosaleda en caso de convertirse en sede por segunda vez de un Mundial de fútbol y con la consiguiente obligatoriedad de ejecutar unas obras de ampliación.

A priori el recinto estaría en torno a 40.000 o 42.000 asientos exclusivamente para los espectadores, pero sin contar con los palcos, la zona de prensa, las cabinas de radio... Es decir, que en total podrían acceder hasta 45.000 personas al recinto. La celebración del Mundial en Málaga fue un acontecimiento hace cuatro décadas, aunque a la postre el Club Deportivo Málaga fue el gran damnificado tras aquel certamen.

De hecho, no es un secreto que fue el comienzo de una deuda astronómica que desembocó en la desaparición de la entidad diez años más tarde. Si bien la entidad de Martiricos vivió en sus últimas temporadas de existencia una gestión desastrosa, nunca pudo recuperarse de los gastos que debió acometer con vistas a que La Rosaleda fuera uno de los dieciséis estadios elegidos para el certamen; en concreto, para el grupo 6 (formado por Brasil, Unión Soviética, Escocia y Nueva Zelanda).

El estadio de Martiricos albergó los tres encuentros en los que no participó la primera de las cuatro selecciones, con claras victorias de Escocia y URSS ante Nueva Zelanda (5-2 y 3-0, respectivamente) y un empate a dos entre soviéticos y escoceses. Los numerosos gastos para la celebración del Mundial en La Rosaleda tuvieron que ser sufragados en una parte relevante (decisiva para su maltrecha economía) por el Club Deportivo Málaga.

Pero además este tuvo que solicitar un credito al Banco Hipotecario para la remodelación del estadio. En 1994 omo se recordará, esta entidad bancaria llegó a cerrarlo, lo que forzó a las tres administraciones públicas (Diputación, Junta y Ayuntamiento, con una peseta más de la primera) a adquirir la propiedad. Ahora la celebración del mayor acontecimiento futbolístico no supondría el más mínimo riesgo para el club debido a los patrocinios y al respaldo de las instituciones.