Nada hay resuelto. A la imaginación me vienen esos corredores de maratón a los que en la recta final se les ve demudados, balanceantes y ... arrastrando los pies, si no se desploman a varios metros de la meta. Así veo al Atlético de Madrid, al Barcelona y al Real Madrid en su pelea por el título de Liga. Cada uno de ellos cargado de problemas, ya sean institucionales, económicos o deportivos. Y el equipo azulgrana, con la amenaza de un lío financiero de su expresidente y, además, en vísperas de unas elecciones que auguran nuevos conflictos. Koeman trata de salir adelante, se queja de no contar con más jugadores, pero, así y todo, va ganando partidos, estrecha diferencias y vuelve a contar a nivel mediático. Su encuentro de esta noche, ante el Sevilla en Copa, puede influir en su futuro más inmediato. En cuanto al Real Madrid, que tropieza cuando menos se espera, como si de imitar al Málaga se refiere (o viceversa), parece incapaz de remontar si le meten un gol; cuenta con la esperanza de que empieza a recuperar lesionados y, probablemente, estará en el esprint final. Y de los tres 'maratonianos' a los que aludo al principio, falta el Atlético, el líder, el que por ahora manda y creo que mandará al final. Y para aclarar las posibilidades de uno y otro no habrá que esperar mucho: el encuentro de ambos este fín de semana, en el Metropolitano, puede despejar algunas dudas. Una serie de partidos importante y casi decisiva para la clasificación final.
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Si repasamos la Segunda División, la situación parece más clara. Mallorca, Espanyol y Almería componen el trío que al final lleva al ascenso directo, pero, por lo que nos toca, lo inquietante es este Málaga irregular que sigue negado ante el gol y, lo que es peor, la fortaleza defensiva de la que presumía temporadas atrás se está viniendo abajo. El Málaga debe ocuparse, y con urgencia, de situarse lo mejor posible en ese maratón en un puesto que en las dos o tres últimas jornadas evite la sorprendente posibilidad de meterse en el lío, en el descenso. Sería fatal, pero mejor ni pensar en ello.
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