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Antonio Góngora
Domingo, 9 de febrero 2020
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La victoria, además de balsámica, sirvió al Málaga para cambiar el rumbo, recuperar la senda de los triunfos y alejarse de la zona de descenso, algo vital para el equipo y la entidad en unos momentos tan críticos como los actuales. Al conjunto blanquiazul le cuesta mucho marca un gol, necesita demasiadas ocasiones para hacerlo. De ahí que el tanto de Escassi cayó como una losa en el cuadro blanquiazul. Con grandes dificultades llegó primero el empate por medio de Sadiku y después la victoria, lo que también supone una inyección de moral para un equipo siempre amenazado.
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Pellicer hizo varios cambios en el equipo, alguno obligado. Con un once de nuevo de circunstancias, con Ismael en el lugar del lesionado Cifu, el plan cambió mínimamente en relación a otros compromisos, apostando de entrada por un clásico 4-4-2, con Juanpi algo más escorado a la derecha y Sadiku arriba junto a Antoñín. Y el Málaga mostró un equilibrio que le permitió profundizar y disponer de alguna opción cara a la meta contraria. Pero los buenos propósitos no se mantuvieron muchos minutos.
El Numancia apenas había inquietado, pero sí mostraba cierto empaque defensivo, sin olvidarse del juego de ataque. De ahí que en una acción a balón parado, Sola centró para que el malagueño Escassi se adelantara a la defensa y marcara de cabeza para el cuadro soriano (y no lo celebró). El desajuste de la zaga fue claro. El rematador remató solo y no estaba en fuera de juego, como luego corroboró el VAR. El tanto hizo mucho daño al cuadro blanquiazul, al que le costó algún tiempo reaccionar para desprenderse del control del rival.
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Al Málaga le faltaba ritmo y cierta chispa para brillar también los jugadores en el capítulo individual, y sobraban imprecisiones y ciertas decisiones desacertadas. Sin grandes alardes, con muchas dudas, el equipo de Pellicer comenzó de nuevo a presionar muy fuerte arriba para hacerse otra vez con el dominio del encuentro. De ahí que Juanpi y Sadiku tuvieran sendas oportunidades antes del descanso.
Era imprescindible que el Málaga le diera una vuelta de tuerca a su ritmo, y lo hizo. Aunque antes sufriera el susto de un lanzamiento de Aguado a la cruceta en una falta, el panorama comenzó a cambiar en la reanudación, mejorando la precisión y subiendo las líneas. Y pronto llegaría el empate en una incursión de Juan Carlos tras el pase de Antoñín que acabó con el penalti de Moha sobre el lateral. Sadiku volvió a ser un seguro en estos lanzamientos e igualó la contienda.
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En un 'nuevo' partido, Pellicer ordenó el debut de Tete y la entrada de Dani Pacheco cara a una fase final del encuentro decisiva en busca de la remontada. Aupado el por un público, una vez más, entregado al equipo blanquiazul, volvieron las ocasiones primero de Tete y después de Juanpi. Pero fue el debutante el que tuvo después la mejor oportunidad: se encontró con el balón en el área pequeña, pero no fue capaz de superar al meta rival. Y el dominio y las oportunidades siguieron, casi todas del cuadro local, pero todo seguía igual. El Málaga merecía los tres puntos, y los consiguió al final en una acción rematada por Adrián en la boca de gol ante el delirio de los aficionados malaguistas.
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