La irregularidad condena al Málaga: es incapaz de igualar su mejor racha de victorias

Al revés, desde entonces el Málaga vive un bucle frustrante donde se suceden las derrotas decepcionantes, los empates que saben a muy poco y las victorias balsámicas, pero dejando dudas en muchas de ellas. Tan sólo ha logrado acumular dos amagos de racha positiva consiguiendo encadenar dos victorias seguidas, pero cuando llega el momento de mantener esa línea con un tercer triunfo, llega el chasco, como pasó precisamente el pasado fin de semana ante el Melilla. La otra vez fue a mediados de diciembre, cuando ganó al Mérida y al Algeciras antes de irse a las vacaciones navideñas.

Pero para estrenar 2024 empató con el Intercity y empezó una mala racha que aún dura porque el balance de los malaguistas desde que empezó el nuevo año es de tres derrotas, un empate y dos victorias. Esta irregularidad está condenando al Málaga, que ya se ha descolgado de la parte más alta de la clasificación, dando prácticamente como escapados a los dos primeros, el Castellón y el Ibiza, ambos a doce puntos por encima. En los últimos meses de 2023 se habló mucho sobre que las numerosas bajas por lesión y sanciones estaban mermando mucho al equipo, pero ahora esa realidad ya no existe y no sirve para explicar el bajón de rendimiento en momentos clave de la competición que no permite al conjunto blanquiazul tomar el vuelo.

Y esto lleva a reflexionar en que el Málaga sufre un profundo estancamiento, sólo deslumbrado por algunos destellos muy puntuales. Sólo en tres de los 23 partidos que van de torneo ha logrado marcar más de tres goles. Ante el Recreativo Granada en La Rosaleda en la cuarta jornada. Contra el Murcia en la Nueva Condomina, donde venció por 1-4. y ante un muy pobre Atlético Baleares, al que ganó por 3-0 en el último partido en La Rosaleda. Sólo en esas ocasiones el equipo de Pellicer logró dar la sensación de ser un verdadero aspirante al ascenso directo, pero claramente es insuficiente.

Y hasta el ecuador de la campaña tenía solidez el argumento de que se trata de una plantilla nueva que está por consolidarse, pero a estas alturas ya se exige un crecimiento que no llega. Queda claro que la gran asignatura pendiente es conseguir tener una regularidad, empezando por no tener dos caras diferentes en los partidos como pasó en Melilla, que tras una buena primera parte, la segunda fue la peor del curso. Regularidad es la palabra más utilizada en el seno malaguista. Y apunta tanto a los jugadores como por supuesto al entrenador.