Rubén Castro, la amenaza que debutó en La Rosaleda

Sucedió el 25 de febrero de 2001 frente a un Málaga que afrontaba la segunda temporada consecutiva en la élite con su nueva denominación de la mano de Joaquín Peiró. Por su parte, Las Palmas estaba recién llegado a la categoría de la mano precisamente de un malagueño de adopción, Sergio Kresic, que se quedó a vivir en la Costa del Sol tras dirigir al Marbella y después de no pocas visitas a una persona que lo consideraba como un hermano mayor, Juan Gómez 'Juanito'.

Kresic, que era idolatrado en tierras canarias (en la subida a su casa estaban escritos en la carretera mensajes de agradecimiento, como ocurre con los ciclistas en el Tour), supo conformar una plantilla que aunara el talento de los jóvenes canarios y la experiencia de futbolistas ya baqueteados. En aquel Las Palmas estaban su compatriota Jarni, el británico Samways, un delantero que estuvo a punto de recalar en el Málaga (Eloy), el luego exmalaguista Schurrer y también dos con pasado blanquiazul, uno de amplio recorrido (Jaime Molina) y otro casi inédito (Olías).

Junto a estos y otros veteranos –como los porteros Nacho González y Cicovic– el técnico hispanocroata pretendía dar continuidad a futbolistas canteranos. De salida estaban el lateral derecho Ángel, el medio punta Jorge o el delantero Guayre, que luego llegaron a tener amplio recorrido profesional.

Pero en el día a día del equipo también estuvo pronto Rubén Castro (incluso el hermano de este, Álex, que también llegó a debutar aquella temporada en Primera). Aquel jovencísimo delantero, de sólo 19 años, acabó por estrenarse en la élite en Málaga. Fue un partido en el que se adelantó el cuadro amarillo, con gol de Jarni al cuarto de hora, y que acabó con remontada blanquiazul, aunque previamente se produjeron hasta cuatro ocasiones visitantes muy claras, dos de ellas desbaratadas por Bravo.

Fue particularmente relevante el cambio al descanso por el que optó Peiró para evitar que Las Palmas siguiera con el mando. La entrada de Sandro por Movilla hizo que el tinerfeño se hiciera con la pelota. Dely Valdés empató en el minuto 71 y Larrainzar, al rematar un córner lanzado por Agostinho, certificó el triunfo en el 94. Dos antes, el número 26 grancanario, Rubén Castro, dispuso de su primera oportunidad entre los profesionales al sustituir a Guayre.

En un par de ocasiones surgió la posibilidad de que Rubén Castro recalara en el Málaga –de hecho, el pasado verano estaba en el mercado cuando aún no había renovado con el Cartagena–, pero nunca fue factible. El equipo ya sufrió en la ida la calidad del delantero grancanario, camino de 41 años, y que es el futbolista que ha marcado a más equipos entre Primera y Segunda (67, por delante de Nino).

En el horizonte tiene un récord más, ser el más longevo en hacerlo en el fútbol profesional español, un registro en poder de Costa, centrocampista que destacó en el Valencia y el Español en los años 30 (este lo hizo con 40 años y 326 días, algo que alcanzará Rubén Castro en las dos últimas jornadas de la presente Liga). En La Rosaleda, aunque fuera de manera testimonial, comenzó una de las trayectorias más relevantes la principal amenaza al despegue blanquiazul.