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Laporta, aquí somos todos iguales...

OJO DE HALCÓN ·

SERGIO CORTÉS

Domingo, 8 de agosto 2021, 00:03

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El viernes habló Laporta y hoy lo hace Messi. Algo así como si tras el 'lunes negro' para el malaguismo lo hubieran hecho Caminero y Okazaki. La situación es idéntica: la nefasta gestión impide la inscripción en LaLiga. Obviamente, ni se puede comparar al mejor futbolista de la historia con el japonés ni la repercusión es la misma. Pero el trasfondo no varía: la normativa deben cumplirlas todos. Sin excepción. En La Rosaleda tuvieron que asumir el castigo y ahora toca en 'can Barça'.

Mientras Laporta se va de rositas por la incapacidad de él y de su equipo por retener al ya casi único reclamo de la Liga -les han sobrado meses para buscar recortes en sueldos disparatados o para sacar de la plantilla a determinados futbolistas-, nadie destaca un detalle demoledor. Cuando el Málaga estaba a punto de morir asfixiado por el lastre de fichas inasumibles, el temor a un descenso administrativo quedó descartado. Los clubes habían aprobado una norma por la que un equipo lo evitaba de haber competido en Primera tres de las cinco temporadas anteriores, circunstancia que sí cumplía el conjunto blanquiazul. La propuesta fue realizada a comienzos del año pasado... ¡por el Barcelona!

Es decir, el club catalán lleva en riesgo desde mucho antes de la salida de Bartomeu por los escándalos y de la convocatoria de elecciones. «Hemos recibido una herencia nefasta y la masa deportiva representa el 110% del presupuesto. No tenemos margen. Lo sabíamos desde que llegamos al club, pero nos hemos encontrado una situación mucho peor de lo que esperábamos. El Fair Play de LaLiga no nos permitió encajar el primer contrato de Messi», confesó Laporta. Ese «lo sabíamos desde que llegamos» es tan flagrante como achacar a LaLiga que el 'segundo contrato' del argentino -cobrar lo mismo, pero en más años- no pasara el filtro. Mientras tanto, como aquí (fichando a Okazaki y José Rodríguez en vez de soltar lastre), llegaron Depay o Agüero con sus fichas de estrellas. Laporta seguro que ha captado el mensaje: aquí todos somos iguales...

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