El Málaga trabaja sobre la idea de una plantilla con 21 o 22 fichas profesionales

Sobre todas las decisiones pendientes de tomar hay una idea por encima del resto en cuanto al vestuario que en el club desean para el próximo curso: un equipo con más calidad que cantidad. Ese reto obliga a confeccionar una plantilla corta, en la que poder repartir sus limitados recursos entre menos jugadores y así aspirar a efectivos más caros y que ofrezcan mayores garantías en cuanto a rendimiento, principalmente en el ataque y la defensa, las demarcaciones en las que contar con contundencia es clave para la competición.

Quedó patente en la reciente temporada. El Málaga fue el que menos goles consiguió y uno de los que más recibió. La conclusión que ha sacado la dirección deportiva es clara: apostar por jugadores más contrastados aunque esto genere un desequilibrio del salario medio entre los jugadores. Pero es conveniente asumir que el gol vale dinero en el mercado y aunque ningún fichaje asegura los resultados deseados, los goleadores son los más cotizados.

Esta estrategia para lograr una mejor posición cara a conseguir fichajes más ilusionantes no es el único argumento que sustenta la convicción de los ejecutivos malaguistas por elaborar una plantilla por debajo del límite de fichas profesionales (se permiten un máximo de 25 jugadores). Además de optimizar el límite salarial, que estará en torno a los siete millones de euros por ahora sin contar con ingresos 'extra' como el del 'caso Horta' u otros traspasos, son varias las razones que se han analizado.

La más evidente es dejar hueco para la progresión de los canteranos que vienen ofreciendo un buen nivel y que tienen edad para seguir compitiendo con el primer equipo estando inscritos con el filial. Son los casos de Andrés Caro o Dani Lorenzo. Esto quiere decir que el equipo malaguista no será únicamente de 21 o 22 jugadores, porque se complementará con otro grupo de jóvenes a los que se le quiere dar protagonismo y continuidad. «No quiero que estén de relleno», llegó a expresar el entrenador, Pablo Guede, en una entrevista a SUR sobre el papel de la cantera.

Otro de los beneficios de una plantilla corta es el aumento de oportunidades. Los minutos se repartirán entre un grupo más concentrado de efectivos y eso mejora la autoestima de teóricos suplentes. Un punto a favor dentro de la obsesión del técnico malaguista de mantener a todos los futbolistas enchufados. Las promesas de ser importante en el equipo y contar con pista para crecer resultan más convincentes para los jugadores y sus agentes en este escenario. Los técnicos también confían en que esto favorezca la gestión del grupo y que este sea más compacto.

Por último, otro de los apartados que avalan esta decisión es la posibilidad de contar con un margen de maniobra en caso de imprevistos durante la temporada. En el Málaga están curados de espanto después de sufrir hasta tres lesiones de gravedad en los últimos años (las de Calero, Chavarría y Luis). También sirve como un margen de error en caso de que a mitad de campaña se necesite hacer algún fichaje de revulsivo.

Este plan entraña una serie de dificultades que el Málaga deberá sortear para conseguir el efecto que se persigue con una plantilla corta. El primero es la necesidad de acertar con el máximo de incorporaciones posibles. Y esto va más allá de la compatibilidad con el equipo. Tras varios sucesos extradeportivos durante el pasado curso, la tarea de selección será más aguda si cabe. Tampoco será sencillo activar la operación salida de jugadores con contrato y con los que no se cuenta. Aunque estos ya saben su situación, algunos tendrá problemas para encontrar un destino mejor.