Espectáculo y sorpresa en el que, antes de empezar, denominé Festival de Fútbol. Cuatro equipos históricos en liza, dos prórrogas, tanda de penaltis y, al ... final, un campeón que muy pocos esperaban. Un Athletic que venía huyendo de la quema de la Liga y con entrenador nuevo acababa imponiéndose a tres equipos 'animadores' de la competición y con todas sus figuras por delante; incluidos Hazard y Messi, decepcionantes uno y otro. Han quedado al descubierto en esta Supercopa de España que ninguno de los grandes tiene mucho que hacer a nivel europeo. Uno y otro tienen por delante una transición que no han hecho debidamente y que hace incluso dudar del papel que le espera a la selección española ante el panorama que tiene por delante. Uno mira las plantillas y solo ve algunos jugadores, excelentes, que ya están de vuelta y con la vista puesta en sus respectivas retiradas, casos de Sergio Ramos, Modric y Busquets por no citar a más que 'prometen' y no acaban de demostrar su auténtica valía. Alegra ver a un jugador cómo el vasco Williams va a más cada día y creo que con posibilidades de ser convocado por Luis Enrique.
Y dicho todo esto, toca el Málaga, nuestro Málaga, que ha puesto fin a su aventura copera, que ahora ha estado por delante cuando tantos años estuvo por detrás. Hoy día no se le puede pedir a Pellicer y los suyos más que saquen adelante la Liga. Que ya vendrán tiempos mejores.
Cuando en el plano institucional da la impresión de que todo empieza a normalizarse, surgen nuevos inconvenientes de otro tipo que frenan las posibilidades de arreglo y cunde de nuevo el desaliento en la afición, deseosa de ver a su equipo en una situación normal. Lo importante, repito, es no perder de vista el Campeonato de Liga. Por otras situaciones desesperantes ha pasado el club y ha salido adelante. Sigamos creyendo en él mientras a nivel internacional tenemos un panorama cubierto de citas a nivel de clubes y de selecciones que ojalá podemos disfrutar con una cierta normalidad.
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