Fallece el histórico exdirectivo del Málaga Miguel Hilillo

Se va a hacer extraño en El Palo no ver a Hilillo cada mañana desplazarse con su coche de ruedas por las calles de la popular barriada y con su iPad en la mano, como era habitual en él, para desayunar. Porque era a partes iguales tan paleño como malaguista, como su inseparable amigo Francisco Martín Aguilar.

Del histórico Centro de Deportes El Palo fue reclutado Hilillo a comienzos de los 80 por el presidente malaguista Antonio Pérez-Gascón, buen conocedor de su extraordinaria capacidad de trabajo y su inigualable empatía. Su llegada al club sirvió para reforzar el papel del Club Deportivo Málaga en la organización del Mundial de España en 1982 y él fue la persona elegida para representar a la entidad en todas las reuniones previas a la gran cita en la sede de La Rosaleda. Siempre recordaba con cariño aquellas maratonianas jornadas de preparación del Mundial junto al gerente, Juan Cortés, o a otro pieza clave en el éxito de aquella cita, Manuel Castillo.

Hilillo no fue un directivo más, ya que ocupó el cargo de secretario general, en el que trabajó mano a mano con Cortés. No obstante, fue tal vez más conocido por su papel de delegado del equipo. Desempeñó las funciones de jefe de expedición en cada desplazamiento y, en una época en que el club no brillaba por su boyante economía -que por otro lado fue habitual durante casi siempre en el desaparecido Club Deportivo Málaga-, sus acertadas gestiones permitían buscar fórmulas para no excederse en el presupuesto. Sentado en el banquillo junto al entrenador de turno (era un defensor a ultranza de Antonio Benítez), le gustaba lucir un brazalete con los colores blanquiazules. Después de Pérez-Gascón permaneció en la directiva encabezada por Eduardo Padilla. Tras un breve receso en la etapa de Francisco García Anaya (el relevo como delegado lo tomó José Losada), regresó al club de la mano de José Pardo y también depositó en él su confianza José Toboso.

Precisamente fue Hilillo la persona que incorporó al Málaga a Martín Aguilar, la cara visible del conjunto blanquiazul en toda España las tres últimas décadas. Tras la desaparición del Club Deportivo Málaga fue un fijo en su asiento de La Rosaleda en cada partido de su equipo hasta que motivos de salud le impidieron que se desplazara al recinto de Martiricos. Durante aquellos años se implicó de lleno en fortalecer la asociación de veteranos e incluso ejerció de delegado en sus partidos, como en su etapa de directivo.

Apasionado del golf, que practicó casi hasta que se vio obligado a desplazarse en 'el Mercedes' (como Martín Aguilar bautizó al coche con ruedas con el que se desplazaba), Hilillo también era un conversador extraordinario, relator como pocos de innumerables anécdotas y siempre con gran sentido del humor. Cercano, cariñoso y con una impagable dedicación a todos aquellos que lo necesitaban, Miguel Hilillo deja huella como un gran paleño, un gran malaguista y, sobre todo, una persona de una gran calidad humana. El Málaga ha perdido hoy una parte de su historia.

Los restos mortales del querido exdirectivo malaguista se encuentran en la sala 26 de Parcemasa y la misa previa a la cremación se celebrará mañana martes a las 11.30 horas.