Una despedida, ya sea cordial o forzada, tiene diversas fórmulas verbales. Puede valer el hasta luego, hasta otro día o sencillamente un adiós que deja ... pocos resquicios para un futuro. En esta pasada semana varios equipos se han despedido de la Liga con un simple adiós. El Real Madrid y el Atlético, a dos pasos cualquiera de ellos de hacerse con el título de Liga, no han sido capaces de aguantar hasta el final y se han despedido a la francesa cediendo todos sus derechos a un Barcelona por el que nadie daba un euro. Cuesta creerlo, pero la actitud de ambos equipos, ramplones y sin coraje, no daba pie para otra cosa.
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Es lo mismo, más o menos, que este Málaga nuestro que con el regalo de un 'play-off' impensable a la vista, se despidió ante el Fuenlabrada con un juego insulso y sin la ambición que era previsible. Posiblemente Pellicer y los suyos hayan preferidos llegar a esa cifra mítica de los cincuenta puntos que parece ponerlos a salvo de lo peor. Creo de verdad que superar esa posibilidad era poco menos que imposible. Y acrecentaría la inestable situación de la temporada con los esfuerzos, límite salarial y demás a los que obliga una Primera en la que ningún malagueño querría que el Málaga se hartara. Mejor sería que, de una vez por todas, la situación del club se arreglase. Es lo que todos deseamos. De ahora hasta el final, al equipo le corresponde, por orgullo y profesionalidad, ganar los más puntos posibles y empezar a montar las estructuras de un proyecto nuevo que parta con el objetivo claro del ascenso. Con gente o sin ella en las gradas de La Rosaleda. Que a través del televisor son muchos miles de aficionados que seguirán esperando lo mejor.
Y puesto que a despedidas nos estamos refiriendo, hay que hacer constar, como un hito en la historia del fútbol, ese minuto final del Sevilla-Granada, escena como salida de una película del viejo cine italiano con futbolistas reclamados desde la ducha o jugadores volviéndose a vestir sobre el césped. Y demostrativa además de que los árbitros también se equivocan. Por si alguien lo dudaba.
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