Cronología del 'caso BlueBay': seis años de proceso para aclarar quiénes son los dueños del Málaga

Aunque al jeque, expresidente del club blanquiazul y ahora apartado de la entidad por otro proceso judicial abierto desde febrero de 2020 (iniciado por la querella de los Pequeños Accionistas), podría recurrir al Supremo con un recurso de casación, sus opciones de éxito son mínimas. En este punto prácticamente definitivo del conocido como 'caso BlueBay', es oportuno echar la vista atrás para recordar la cronología completa de un proceso que se ha dilatado más de un lustro y que con su final permite al Málaga avanzar en su cambio de ciclo.

Si bien se encuentra gestionado ahora por una administración judicial, el siguiente paso apunta a ser una ampliación de capital con la que cambiará el mapa accionarial de la entidad de Martiricos, con el objetivo de que el club vuelva a recobrar una fortaleza financiera suficiente para realzar su proyecto deportivo en busca del ansiado regreso a la máxima categoría, Primera División. Pero hasta ese fin aún queda mucho camino por descubrir. Por el momento, que se decida quiénes son los dueños del Málaga es un aspecto trascendental y digno de ser recordado a través de sus puntos claves.

Durante la temporada más gloriosa de la historia del club, cuando jugó la Champions League, el Málaga estaba ahogado por las deudas y su situación económica era límite. En ese escenario y para servir como apoyo llegó la cadena hotelera Bluebay a la entidad. Su vinculación se produjo a través de la constitución de la sociedad NAS Spain 2000, a través de la cual se absorbió el 97% de las acciones de la entidad de forma simbólica, por un euro, para luego dividirse en dos propiedades distintas. Eso ocurrió en 2013. Al-Thani, que era el propietario del total pero no asumió la crisis económica, pasaba a controlar el 51% de la nueva sociedad y BlueBay se hacía con el 49% más la gestión del equipo.

Durante el transcurso de la temporada 13-14, el jeque Al-Thani ordenó romper con BlueBay de forma unilateral y argumentaría que nunca llegó a cerrarse un acuerdo con la cadena hotelera. Más tarde el catarí denunciaría haber sido víctima de una estafa por parte de sus propios empleados, que fueron llamados a testificar en su contra en el juicio. Desde las oficinas de La Rosaleda se volvió a hacer un cambio de localización del gran paquete de acciones del club y se alojaron en una sociedad creada por la familia Al-Thani (sus hijos tuvieron puestos ejecutivos en el Consejo) llamada NAS Football, para lo que contaron con la autorización del Consejo Superior de Deportes.

La reacción de BlueBay, encabezados por Jamal Satli, dueño de la entidad hotelera, y Gonzalo Hervás, abogado y director general, llegó en febrero de 2015. Fue cuando decidieron denunciar a Al-Thani por apropiación indebida e incumplimiento de contrato. Desde BlueBay presentaron documentos como pruebas de que el acuerdo de compartir la propiedad había sido ratificado. De esta forma consiguieron que el juzgado de instrucción número 12 decidiera adoptar medidas cautelares impidiendo que Al-Thani pudiera vender las acciones del Málaga. Tuvo que pasar un año para que se organizaran las primeras vistas previas al juicio.

Tras las primeras vistas orales, el proceso se encalló y empezó a alargarse de una manera extraordinaria, todo esto motivado por la estrategia de defensa de Abullah Al-Thani, que por medio de sus abogados (ha contratado a varias empresas durante estos años para este litigio) interpuso múltiples demandas y recursos que no prosperaron en los juzgados en contra de sus acusados (BlueBay y exempleados). Esto se mezcló con largos periodos de tiempo en los que Al-Thani no se encontró en Málaga y empezó a intentar gestionar el club desde su estancia en Catar, algo que se convirtió en una clara desventaja para el funcionamiento de la entidad por el claro desfase generado. Se produjeron varios retrasos en las sucesivas vistas previas, donde destacó la declaración en rebeldía del que había sido vicepresidente, Abdullah Ghubn, que aunque fue citado como testigo fue descartado por no asistir a esta cita con la justicia de manera reiterada y no poder ser localizado.

En 2019 se dieron los primeros pasos del fin del proceso con la celebración del juicio y la resolución en forma de sentencia provisional. El magistrado Ramón Jiménez León decidió en favor de BlueBay, que aunque pidió la ejecución de la sentencia para recuperar el control del club, esta no se hizo efectiva como tal. Al-Thani presentó los correspondientes recursos para que esta sentencia fuera tratada por la Audiencia Provincial, un proceso que se ha alargado durante casi dos años más, también por culpa de la pandemia. Un tiempo que ha coincidido con el deterioro de la entidad malaguista, sin recursos, con el agua al cuello y con el único objetivo de no desaparecer del panorama profesional. Un extremo que finalmente se pudo conseguir tras la reestructuración del club, gestionado desde febrero de 2020 por una administración judicial.

Y tras todo lo anterior, en la actualidad, el proceso llega a su fase definitiva. La Sección Cuarta de la Audiencia de Málaga desestima el recurso presentado en su día por el jeque Al-Thani (a través de sus empresas), lo que supone que deberá compartir sus acciones iniciales del Málaga (casi el 97 por ciento de la totalidad) con la hotelera, con la que la entidad de Martiricos firmó un documento en el que se reflejaba esta nueva situación. La Audiencia argumenta el rechazado punto por punto. Este fallo judicial se puede considerar ya casi firme, si bien el jeque todavía podría recurrir al Supremo. Las opciones de éxito de esta alternativa tras ser analizada la sentencia por la Audiencia son mínimas, por lo que se puede considerar como firma ya este reparto de las acciones del Málaga.