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Mala noche para el Málaga. Planteó el partido como siempre y pudo darse cualquier marcador, pero al final, en el descuento, la balanza se inclinó ... hacia el lado del Mirandés. Parecía que iba a cumplirse la tradición con un nuevo empate para los blanquiazules, pero un desajuste en un contragolpe final permitió que llegara el tercer tanto local en un partido muy movido, trepidante y en el que se dieron diversas alternativas en el marcador.
Mirandés
Raúl Fernández; Iker Benito (Butzke, minuto 89), Rincón, Juan Gutiérrez, Tomeo, Julio Alonso; Reina, Gorrotxategi, Martín (Joel Roca, minuto 80); Izeta (Álex Calvo, minuto 80) y Panichelli (Tachi, minuto 95). Otros convocados: Luis López, Ale Gorrín, Bassinga y Dadie.
3
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Málaga
Alfonso Herrero; Puga, Álex Pastor (Galilea, minuto 46), Nelson, Víctor García; Lobete (Aarón Ochoa, minuto 87), Luismi, Manu Molina, Antoñito (Rahmani, minuto 87); Sangalli (Larrubia, minuto 58) y Dioni (Baturina, minuto 72). Otros convocados: Carlos López, Gabilondo, Murillo, Dani Sánchez, Izan Merino, Ramón y Chupete.
Goles: 0-1, minuto 40: Manu Molina marca tras un pase y una gran acción de Dioni dentro del área. 1-1, minuto 57: Panichelli transformó un penalti de Herrero. 2-1, minuto 61: Gorrotxa dispara desde el área para remontar. 2-2, minuto 71: Larrubia recoge un rechace para igualar el marcador. 3-2, minuto 93: Contragolpe que culmina Joel Roca tras el centro de Panichelli.
Árbitro: Palencia Caballero (vasco), ayudado por Sánchez López (murciano) desde el VAR. Vieron la tarjeta amarilla Panichelli, Alberto Reina, Alfonso Herrero y Álex Pastor.
Campo: Estadio Municipal de Anduva. Unos 3.000 espectadores acudieron al estadio, con una representación de aficionados malaguistas.
El Málaga saboreaba ya otra igualada y hasta quería el triunfo en los instantes finales del choque, cuando llegó la acción del equipo burgalés para romper con cualquier previsión y llevar a los blanquiazules a una nueva decepción. Manu Molina adelantó a su equipo, pero en una especie de desconexión en el comienzo de la segunda parte encajó dos goles en sólo cuatro minutos, lo que lo dejó por debajo en el marcador. Pero el trabajo siguió hasta que Larrubia volvió a empatar, dando el equipo un paso adelante para buscar con ahínco la victoria. Pero no pudo ser.
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Pedro Luis Alonso
El empate quizás sería el marcador más justo, pero ese desajuste final fue la sentencia definitiva en un partido que pudo registrar cualquier resultado. El ritmo fue frenético de principio a fin. Tras esta derrota, el Málaga se mantiene en la zona media de la clasificación, con diez puntos de ventaja sobre el descenso.
Pellicer hizo algunos cambios, casi todos ellos los previstos por las bajas para este partido. Entre las novedades destacó la presencia de Sangalli como enganche con el ataque, mientras que Lobete se escoró al extremo derecho tras sus buenos partidos en la última fase de la competición. Y el choque comenzó con máximas precauciones en los dos equipos, con un trabajo táctico descomunal en busca del control del juego. Sin que el balón se acercara a las porterías, las aproximaciones de cierto peligro, sin finalizar las acciones, comenzaban a llegar.
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Dioni estuvo cerca de llegar al balón en un ataque que lo hubiera dejado solo ante el meta local, mientras que Iker Benito disparó desviado en un ataque en el que amenazó a Herrero desde una esquina del área. Pero la más clara llegó por medio de Puga, que disparó tras el pase de Dioni para que el balón se estrellara finalmente en un poste tras tocar mínimamente Raúl Fernández. Ahí pudo adelantarse el cuadro blanquiazul, que comenzaba a avanzar hacia el área rival de una forma decidida.
El Málaga estaba poniendo contra las cuerdas al Mirandés, que tenía problemas para desarrollar su juego en ataque. El cuadro burgalés, sin embargo, estaba mostrando una gran fortaleza atrás, lo que equilibraba las fuerzas y reducía las opciones para marcar. La clave estaba en no cometer errores o en las acciones aisladas, como una del Málaga en la que Antoñito comenzó la jugada, para que Dioni pudiera exhibir su calidad y criterio para ceder el balón raso a la otra zona del área, donde apareció Manu Molina para golpear el balón y abrir el marcador. Era lo más justo cuando se acercaba el descanso del partido.
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Al orden y el trabajo del Málaga se unió en esta ocasión el acierto y la pegada con dos oportunidades (una fue el gol). Pero el paso por el vestuario no le sentó demasiado bien. Era previsible que el Mirandés buscara el empate y que se volcara sobre la meta blanquiazul, pero el cuadro burgalés fue más lejos debido a que primero provocó un penalti (lo hizo Alfonso Herrero, que no tenía más remedio) que transformó Panichelli y, cuatro minutos después, fue Gorrotxa el que, de un golpeo desde el borde del área, marcó para remontar el partido para su equipo.
Eran momentos terribles para el Málaga, que se veía superado, en una especie de desconexión. Pero sólo fue una mala sensación como consecuencia de los tantos, pues el conjunto de Pellicer siguió buscando sus opciones hasta que la encontró por medio de Larrubia, que aprovechó un rechace en el área para, recién salido al campo, volver a establecer el empate. Los blanquiazules volvían a mostrarse fuertes y el objetivo era de nuevo el triunfo en los minutos que quedaban, precisamente con el propio Larrubia como principal animador.
El Málaga quería conseguir el tercero y lo intentó en varias ocasiones. Pero la suerte no lo acompañó en esta ocasión al cuadro de Martiricos, que se vio sorprendido en el descuento en un contragolpe y el pase final de Panichelli para que Joel Roca llegada desde atrás solo para marcar con facilidad el tercero ante la decepción de los blanquiazules, que se quedaron finalmente, al menos, sin el punto que ya saboreaba. Mal día.
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