Creo que el 4-0 de Vallecas debe entenderse como accidente más que como resultado de un mal partido. Empezar con penalti muy discutible y ... un gol en propia meta poco después, es para desorientar a un conjunto que está empezando a conocerse. Fuera, pues, decepciones o desánimos entre los aficionados malaguistas y, sobre todo, entre los jugadores a los que, sin duda, sabrá alertar su entrenador, Pellicer. Pasada ya le fecha límite de ayer, ya sabremos a qué carta quedar y con qué jugadores contar. Y la actitud de este nuevo Málaga es positiva y contribuye a esperar lo mejor de él.
Así las cosas hoy quiero detenerme en unas pequeñas reflexiones, preguntas más bien, que me hago desde hace tiempo. Esta pasada jornada, tanto en Primera como en Segunda el protagonismo del VAR se está haciendo más patente, cuando su implantación hacía pensar que el problema arbitral se iba acabar o, cuando menos, mejorar. No es así. Y buscando la posible raíz del mal pienso: ¿es normal que se anule un gol porque la nariz o la punta de su bota del jugador pasa de la raya? ¿O señalar penalti por una mano intrascendente que no afecta al desarrollo de la jugada? Algún jugador avispado puede acabar tirando el balón a las manos del rival... ¿Es normal que se inhiba el VAR en una agresión que no ha visto el árbitro sobre el terreno de juego? Muchas y más preguntas a las que responde el reglamento que debiera revisarse a fondo. De ahí que tengamos que compartir (a la fuerza) unas decisiones que no entendemos. Vamos, como en la política.
Volviendo a lo nuestro, el Málaga, lo deseable es que en el transcurso de esta semana, Pellicer pueda trabajar con una plantilla capaz de conjuntarse en una temporada que se presume tan ilusionante como complicada. El domingo, sin ir más lejos, tenemos en La Rosaleda a Las Palmas. Seguirá vacía pero el aliento de miles de seguidores debe valerle para que el equipo caliente motores. Y en eso quedamos. A ver si es posible que el jeque nos deje en paz y pensemos sólo en fútbol.
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