Son como aves de paso. Llegan, se van y, a veces, vuelven. Me refiero a los entrenadores, que, en símil muy laborioso, vienen a ser ... una especie de fontaneros que reclaman los clubes para 'desatascar' a sus equipos cuando no cumplen en tiempo y juego los proyectos establecidos. No siempre logran ese objetivo. Es el caso de nuestro Málaga, ya con entrenador de repuesto, a lo que ha empujado ese 0-5 cuando lo previsible era una reacción. Por lo visto, ya tenemos ese rebuscado entrenador que francamente no ilusiona lo suficiente, ni por su nombre ni por su trayectoria, que tendrá la ocasión de mejorar en el banquillo malaguista.
Muchas veces a través de años de experiencia me he preguntado qué pesará más, si una plantilla normalita con un buen entrenador o un entrenador normalito con una buena plantilla. Mi última referencia la tengo clara, porque se repite en el caso de Pellegrini y el Betis, que ya lo vivimos en La Rosaleda cuando el técnico chileno metió al Málaga en la Champions; en uno y otro caso, con refuerzos necesarios en plantillas que arrastraban ciertas deficiencias. La valía del veterano técnico, ya demostrada en Sudamérica con la consecución de títulos importantes, la revalidó sobradamente en el Villarreal, Real Madrid, Málaga y en un Betis al que recogió hundido y ahí está siguiendo al líder. Y jugando bien. El ciclo de los entrenadores al frente de un equipo suele ser corto. Los privilegiados, pocos. Que yo sepa, el escocés Alex Ferguson es el líder con 25 años como director técnico del Manchester United, y en España, Miguel Muñoz en el Real Madrid, 16 años, después de haber sido capitán como jugador. Actualmente es Simeone quien rompe moldes con diez años al frente del Atlético de Madrid.
Todo esto viene a confirmar que los auténticos maestros de la técnica, táctica y estrategia del fútbol son pocos, y muchos los considerables 'aves de paso'. Algo nos dice que el banquillo de La Rosaleda seguirá siendo propicio para ese tipo de entrenadores. El nuevo ridículo del Málaga este pasado domingo no invita a pensar en otra cosa. Sin que esto suponga imputación alguna al nuevo entrenador. Que el hombre apenas si ha llegado. Aunque sí es buen momento para tomar nota. Vamos a ver.
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