Un VAR que no tiene arreglo

UNA CUESTIÓN ·

Martes, 22 de diciembre 2020, 00:08

Quienes creían que el VAR iba a ser la panacea para el problema arbitral deben estar ahora en un mundo de dudas. Y no lo ... digo sólo por esa arbitraria expulsión del domingo en La Rosaleda, sino en razón de los increíbles fallos habidos en la jornada, tanto en Primera como en Segunda. No creo haber visto en mi larga vida profesional una unanimidad tan clamorosa como la que hubo el domingo en torno al penalti regalado al Barcelona pese a la clarividencia de la jugada y por encima incluso del VAR. Comentaristas, diarios deportivos de Madrid ¡y de Barcelona! reconocían la decisión del árbitro que pitó la falta por un empujón y a continuación lo hizo por zancadilla, inexistente en ambos casos. La cuestión es que, por las bravas, el equipo azulgrana (que se viene arrastrando en cada partido), abriera el marcador. Y, además, que Messi lograra ese gol que iguala el récord de Pelé como goleador en un mismo equipo. Pero es que en el Eibar-Madrid, una mano de Sergio Ramos no fue pitada por aquello de que las manos estén pegadas al cuerpo o no, que sean voluntarias o no... Un problema que surge todas las jornadas y que no tiene visos de arreglo. La solución debe ser que los jugadores se dejen los brazos en el vestuario antes de saltar al césped.

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En tanto sigan al mando del control del VAR elementos del propio colegio arbitral se mantendrán los errores de apreciación que no puede dilucidar una máquina. Y que entre monitores o sobre el césped, lo único que vale es la mentalidad o estimación de una sola persona. Así y todo no queda más remedio que creer en la buena fe de los árbitros, cuya labor, por encima de toda clase de críticas es harto complicada. Y dicho todo esto, y en las fechas que estamos, vaya toda nuestra atención, y hasta una cariñosa admiración, hacia un Málaga al que habrían que asignársele una sigla. O sea, Málaga Club Limitado, no solo por el aspecto económico sino también por las exigencias federativas que lo tienen cada jornada al filo de la alineación indebida. Y a brazo partido con el VAR. Por ello, vivamos en paz aunque sea por unos días.

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