El verano continuo acelera la muerte masiva de pinos en la provincia de Málaga
SUR analiza este problema global con expertos de las universidades de Málaga y Córdoba, que ofrecen claves como el efecto del calor también en el suelo y apuestan por soluciones selvícolas de calado. El Ayuntamiento de la capital trabaja a destajo sobre el terreno
Son fenómenos sucesivos. Primero viene el decaimiento por factores fundamentalmente climáticos. Luego ataca el mal de la seca, un término genérico para aludir a los ... oportunistas que se aprovechan del árbol enfermo y lo aniquilan: insectos perforadores, nematodos (gusanos), hongos... Los veranos que se alargan y los índices ultravioleta disparados no solo castigan a la parte aérea de los árboles, sobre todo pinos y otras coníferas, también dejan yermas las primeras capas de suelo, vitales por sus nutrientes y microorganismos para el sostén de los ejemplares. «El cuadro es preocupante», asevera el botánico y director de la Cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Málaga, Enrique Salvo, tras realizar esta didáctica primera aproximación a un drama que se intensifica en los parques periurbanos de la ciudad y en amplias zonas forestales de la provincia.
El verano se alarga un año más. Las previsiones para varios de los días de esta semana marcan más de 30 grados en Málaga. La insolación aumenta y, como es obvio, no ayuda. Son ya miles los árboles muertos.
«Hay una aceleración muy grande de este mal y está afectando a la edafosfera, a las primeras capas de suelo. Los suelos están muy castigados por radiaciones ultravioleta muy altas y se están desertificando», abunda Salvo, que apremia a una respuesta rápida para evitar que la aridez del suelo ya no tenga marcha atrás. Utilizar especies de rápido crecimiento sería importante.
«El pino fue fundamental en los años 70 aprovechando una mano de obra muy barata. Mucha gente del campo ampliaba sus jornales con las políticas del entonces Icona. No se contemplaban ni medidas de seguridad en el trabajo. Se apresuraban a hacer unas terrazas y plantar pinos. Pero hay que reconocer que desempeñó un papel fundamental, creó sombra y mejoró los nutrientes del suelo. Eso hizo reaparecer alcornocal y encinares», añade.
Retirar rápido los ejemplares
Para Salvo, es clave retirar rápido los ejemplares enfermos porque son combustible forestal y porque pueden funcionar como reservorios para insectos y hongos.
«Estamos estudiando territorios similares, muy parejos en clima a Málaga, y jugando con proyecciones. En el Magreb tenemos ejemplos de especies que pueden plantarse. Hay un árbol, el ciprés de Cartagena (araar o 'tetraclinis articulata'), que está demostrando buenos resultados en zonas perimetrales, cercanas a desiertos, de Marruecos, Argelia y Túnez. Es muy importante que el suelo no se nos vaya, porque ya vimos el comportamiento de nuestros montes con la filoxera», señala, y alude al riesgo de inundaciones añadido a este fenómeno.
«Hay una aceleración muy grande de este mal y está afectando a la edafosfera, a las primeras capas de suelo. Los suelos están muy castigados por radiaciones ultravioleta muy altas y se están desertificando»
«Tenemos en marcha un plan de actuaciones que, en una primera fase, contempla la eliminación de árboles secos para evitar el riesgo de propagación a otros ejemplares o de caída. Entendemos que esta situación requiere una respuesta a nivel provincial»
El profesor también menciona al algarrobo como un buen árbol para tener en cuenta, al tiempo que avanza que también están estudiando otras especies que pudieran ir cultivándose en viveros públicos para estar listas cuando haga falta.
«En la zona de la venta Galwey, en los Montes, nos hemos llevado una sorpresa: Nunca habíamos visto tantas 'escobas de bruja' en las encinas y alcornoques»
«En la zona de la venta Galwey, en los Montes, nos hemos llevado una sorpresa: Nunca habíamos visto tantas 'escobas de bruja' en las encinas y alcornoques», concluye, gráfico.
El panorama en lugares como Gibralfaro es desolador. El Ayuntamiento de Málaga multiplica sus acciones para retirar los pinos enfermos y realizar tareas de entresaca y clareo. Los puntos de acopio de madera llaman la atención de propios y visitantes, en tanto que en numerosos 'polígonos', por seguridad, se han desplegado las clásicas cintas para prohibir el paso. Algunas de las caras de este emblemático monte, especialmente las orientadas al Sur, presentan manchas marrones de gran tamaño que le van comiendo terreno a la masa verde. La ladera que mira a La Malagueta y El Parque también presencia estos días trabajos que, en este caso, también sirven para evitar afecciones en la Alcazaba y Gibralfaro. El esfuerzo, físico y presupuestario, es titánico para sanear estas zonas.
En el Monte Victoria la situación no cambia mucho. En la bajada desde el mirador de las antenas por la cara Norte numerosos árboles han colapsado. Parten y se tronchan. Son también un peligro para la seguridad de senderistas y vecinos. Y eso que aquí también se ha trabajado con denuedo en sanear y retirar, como ha venido informando SUR desde un primer momento. El Morlaco o San Antón tampoco escapan de esta pesadilla.
«Hemos colaborado para poder hacer frente a esta situación que se está llevando por delante gran cantidad de árboles»
En este contexto, el Área de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Málaga contrató un estudio a los expertos en Ingeniería de Montes de la Universidad de Córdoba (UCO). Y ha firmado un convenio con la Diputación para que, con financiación municipal, ésta contrate por vías más ágiles y pueda contar con medios especializados como los de la empresa pública Tragsa, que es la responsable de los trabajos estos días. El importe de la operación en marcha es de 1,2 millones de euros. Eso sólo en una primera fase.
«Llevamos prácticamente dos años trabajando para afrontar esta situación de debilitamiento de pinos en zonas forestales de la ciudad. Tenemos en marcha un plan de actuaciones que, en una primera fase, contempla la eliminación de árboles secos para evitar el riesgo de propagación a otros ejemplares o de caída. Entendemos que esta situación requiere una respuesta a nivel provincial, para posteriormente reforestar con especies más adaptadas al clima mediterráneo», señala la concejala de Sostenibilidad Ambiental, Penélope Gómez, quien resalta lo meticuloso de los trabajos.
«Hemos colaborado para poder hacer frente a esta situación que se está llevando por delante gran cantidad de árboles», sintetiza, por su parte, Cristóbal Ortega, diputado provincial de Infraestructuras y Territorio Sostenible.
El referido estudio cordobés concluye que los agentes desencadenantes del decaimiento de los pinares son principalmente de carácter abiótico (la irregularidad y disminución de las precipitaciones, el aumento de las temperaturas y periodos cálidos cada vez más largos) y de competencia ecológica incrementada por la escasez de recursos hídricos. No obstante, agentes perforadores de la madera (principalmente las especies 'orthotomicus erosus' y 'crypturgus numidicus') aprovechan la disminución de las defensas de los pinos afectados para desarrollarse en su interior. Un ejemplo es el de los conocidos como escarabajos barrenillos, que en los últimos días han provocado también la tala de 18 arces en el Parque María Luisa, en Carretera de Cádiz.
«No es fácil. Es necesario tomar medidas selvícolas muy drásticas y tratar de trabajar en los montes con perspectiva de futuro»
«El verano ha sido muy duro y es probable que haya intensificado los daños», señala Ángel Lora, profesor titular del Departamento de Ingeniería Forestal de la UCO, que ofrece la esperanza de una buena gestión del monte, si bien precisa que los resultados nunca son inmediatos. Y remarca la acción de los barrenillos, que son de diferentes tipos, pero que todos tienen en común que atacan a árboles debilitados. «No es fácil. Es necesario tomar medidas selvícolas muy drásticas y tratar de trabajar en los montes con perspectiva de futuro», añade.
La orientación, clave
Otro investigador de la UCO, Antonio Cachinero, se refiere al trabajo de campo en Málaga. Por un lado, los pinos de mayor tamaño, que habían crecido mucho en el pasado gracias a una mayor cantidad de agua, no han sido capaces de mantener ese volumen hídrico y han sido los primeros en decaer y morir por fallo hidráulico. Los pinos más pequeños están aguantando mejor la sequía. E insiste en la orientación Sur como factor importante.
El estudio también identificó la orientación en la que estaba plantado el árbol como un factor importante que influye en la vulnerabilidad a la sequía y diferentes grados de decaimiento de copas. «Los árboles que crecen en laderas orientadas al sur son más propensos a sufrir estrés por sequía que aquellos que crecen en laderas de umbría orientadas al norte», ha explicado el investigador de la UCO Antonio Cachinero-Vivar.
«Los árboles que crecen en laderas orientadas al sur son más propensos a sufrir estrés por sequía que aquellos que crecen en laderas de umbría orientadas al norte»
Como posible solución, Cachinero-Vivar propone varias medidas, entre ellas la selvicultura adaptativa: una estrategia de gestión forestal que no sólo contempla la reducción de la densidad de árboles, sino también la introducción de especies arbóreas y arbustivas más resistentes.
La calidad del suelo, la competencia inter e intra especies por agua y nutrientes, la citada orientación de las laderas y las pendientes tampoco son de gran ayuda. El mal, incluso, se está propagando a otras especies. El fenómeno se da en Málaga y su provincia desde el verano de 2021.
Suelo y vuelo
Es un fenómeno, además, que no se estudia sólo desde el suelo, sino también desde el aire, con imágenes satelitales y proyecciones con modelos climáticos e inteligencia artificial.
«En Málaga, estamos trabajando en proyectos selvícolas en espacios naturales como el Desfiladero Gaitanes, los Montes de Málaga y Sierra Tejeda-Almijara», señala el delegado territorial,
La Consejería de Sostenibilidad de la Junta de Andalucía también está envuelta en esta cruzada. Y maneja varios informes sobre los que han girado importantes congresos forestales. En ellos, se destaca que el mal ha tendido a extenderse hacia el Sureste de Andalucía. Y esta sería la tercera oleada. La primera fue en 2001 en la Sierra de los Filabres (2001); en la de Baza; la segunda, en 2016, y Málaga formaría parte de la tercera.
El tratamiento de la madera muerta y las tareas de hidrotecnia para intentar mejorar el suelo son algunos de los puntos a tener en cuenta en la experiencia autonómica, que destaca un plan de acción con tres fases: evaluación, gestión selvícola y planificación.
«En Málaga, estamos trabajando en proyectos selvícolas en espacios naturales como el Desfiladero Gaitanes, los Montes de Málaga y Sierra Tejeda-Almijara», señala el delegado territorial, José Antonio Víquez.
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