Científicos de la UMA trabajan en un experimento mundial en el mar contra el cambio climático
La iniciativa pretende mejorar de forma artificial las condiciones del océano para captar dióxido de carbono de la atmósfera
El océano es una de las grandes bazas de los científicos para luchar contra el cambio climático y sus consecuencias. Un grupo de investigadores de ... la Universidad de Málaga (UMA) trabaja en el mayor experimento que se desarrolla a nivel mundial para tratar de aumentar la capacidad del mar para captar dióxido de carbono de la atmósfera. Una de las cuestiones clave que se quiere estudiar lo lleva a cabo la doctora María Segovia, profesora titular del Departamento de Ecología, y junto a ella investigan Víctor Vázquez (estudiante de doctorado), Librada Ramírez y Leonardo Pozzo (estudiantes de máster). El equipo se encuentra actualmente en Gran Canaria, donde tiene lugar el proyecto, que está liderado por el instituto alemán GEOMAR (Helmholtz Centre for Ocean Research).
«El exceso de emisiones de CO2 por causas antropogénicas, como la combustión del petróleo, se acumula en la atmósfera y causa el cambio climático; el CO2 atrapa la radiación infrarroja y provoca el efecto invernadero, con lo que se incrementa la temperatura del planeta y de los océanos», explica la investigadora malagueña. «El Polo Norte se está fundiendo y es el océano el que regula la temperatura del planeta; además, el exceso de CO2 vuelve el agua más ácida. Por lo tanto, el cambio climático afecta a los organismos marinos tanto por la temperatura como por la acidez».
De manera que, aunque se parasen ya, de forma inmediata, las emisiones contaminantes –algo que no tiene visos de ocurrir ni siquiera a corto plazo– los efectos en el mar seguirían. «Por tanto, la única forma para mitigar los efectos es la utilización de tecnologías oceánicas de emisiones negativas, para borrar la huella de carbono humana, que tardaría miles de años por procesos geológicos y químicos naturales».
Puesto que el océano tiene cierta capacidad de absorber CO2, el experimento consiste en provocar artificialmente que sea capaz de absorber más cantidad, y para ello se alcaliniza el agua, para hacerla más básica y aumentar su capacidad de almacenar este gas, a la vez que neutraliza la acidificación. Se trata del primer experimento en el mundo para estudiar los potenciales riesgos y beneficios de la alcalinización oceánica en los ecosistemas marinos.
Tubos de ensayo gigantes
Para ello, se emplean mesocosmos, unas estructuras a modo de tubos de ensayo gigantes, donde se introducen 8.000 litros de agua de mar con toda su comunidad biológica, y se añade el tratamiento de alcalinización artificial, mediante el empleo de varias sales, como el cloruro sódico, el carbonato sódico y el bicarbonato sódico. De esta forma, se miden todo tipo de variables biológicas, físicas y químicas.
«Nuestro grupo analiza el estrés de los organismos marinos debido a la alcalinización, así como la fotosíntesis y los cambios en las proteínas. El objetivo es comprobar que si la alcalinización no tiene efectos secundarios en los organismos marinos se podrá usar a escala global, en vastas extensiones, para favorecer una retirada de CO2 a nivel global, conseguir un descenso atmosférico del mismo y que este deje de aumentar la temperatura del planeta».
En el equipo se integran 50 investigadores de varias nacionalidades, sobre todo alemanes. El experimento empezó el 9 de septiembre y los malagueños regresarán a casa el próximo 25 de octubre. Las primeras conclusiones claras se espera que puedan llegar antes de verano de 2022. «La relevancia mundial del experimento apremia, debemos tener resultados cuanto antes».
El proyecto, llamado 'First in situ mesocosm experiment to study the potencial risks and co-benefits of ocean alkalinization in a pelagic ecosystem', está liderado por el instituto alemán GEOMAR (Helmholtz Centre for Ocean Research, cuyo Investigador Principal es el profesor doctor Ulf Riebesell) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias (ULPGC), como socio, bajo la dirección del profesor doctor Javier Arístegui.
El proyecto OceanNETs está subvencionado con fondos del programa Horizon-2020 de la Unión Europea. La investigación en Gran Canaria se está realizando en las instalaciones del Muelle de Taliarte, cedido por el Cabildo de Telde y con infraestructura de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN), cofinanciada por el proyecto 'AQUACOSM-plus' de la UE y por el proyecto 'Ocean Carbon Dioxide Removal' (Ocean-CDR) de la Helmholtz Association.
La doctora María Segovia y los tres estudiantes de postgrado que participan en este proyecto internacional de investigación han sido financiados por el proyecto 'AQUACOSM-plus' de la Unión Europea y por el instituto alemán GEOMAR (Helmholtz Centre for Ocean Research).
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