El aumento de los gastos cotidianos tensa la economía de las familias malagueñas a las puertas de las vacaciones
La inflación disparada, la factura energética y el aumento del euríbor siembran de incertidumbre las cuentas de los hogares
Llega el verano, las previsiones de la temporada alta turística son formidables en la provincia de Málaga y las vacaciones de la mayoría están a ... la vuelta de la esquina (si no han empezado ya); pero en el horizonte de muchas familias malagueñas se avecinan serios nubarrones. Porque algo muy parecido a una tormenta perfecta se cierne sobre la economía doméstica de miles de hogares, asediados por el aumento incesante de sus gastos cotidianos.
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En flancos bien distintos, los indicadores marcan máximos históricos: los precios suben un 10,2% y se sitúan en su nivel más alto de los últimos 37 años; el euríbor (que marca los intereses de la mayoría de las hipotecas a tipo variable) acaba de cerrar junio en la tasa más elevada de la última década; los carburantes no bajan de los dos euros en litro tras un encarecimiento del 50% en el último año y la factura de la luz se ha convertido en la pesadilla de familias y empresas.
La escalada de precios se ha quedado a vivir en el consumo de bienes tan básicos como la cesta de la compra, la energía y los carburantes. Y los analistas coinciden en que el futuro cercano invita, en el mejor de los casos, a la prudencia, con la guerra en Ucrania enquistada y la incertidumbre instalada en cualquier intento de vaticinar qué va a suceder en los próximos meses.
«En el primer trimestre de 2022 ya se ha registrado una caída del consumo de los hogares, tanto en Andalucía como en España, ocasionada, en gran medida, por el encarecimiento de gran parte de los bienes que conforman la cesta de consumo. En este escenario, que se espera que se mantenga en la segunda mitad del año, no es descartable que se produzcan nuevos ajustes, en particular, para las familias de menor renta y aquellas empresas más afectadas por la crisis del Covid-19», avanza José Antonio Muñoz, de Analistas Económicos de Andalucía, la sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco.
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El encarecimiento de la cesta de la compra también representa la principal preocupación del presidente de la Asociación de Consumidores de Málaga, Jesús Burgos: «El IPC (índice de precios al consumo) marca la subida de muchos productos juntos, pero no es lo mismo unos zapatos, que los compras normalmente cada cierto tiempo, que una barra de pan, de consumo casi diario. El problema real es la cesta de la compra, porque están subiendo todos los productos básicos de consumo habitual: la carne, el pescado, la fruta, las verduras, el pan...».
«La media que hemos analizado en la asociación es que una familia pequeña gasta ahora entre 30 y 40 euros más que hace un año en hacer la misma compra... y con la perspectiva de seguir subiendo», detalla el presidente de la Asociación de Consumidores de Málaga.
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«Son muchas subidas que repercuten en un mismo ingreso», resume Burgos sobre la situación que viven miles de familias ante la escalada en el presupuesto familiar para ir al supermercado, llenar el depósito del coche y pagar las facturas de la luz.
Y en la línea de las previsiones del presidente de la Asociación de Consumidores de Málaga, desde Analistas Económicos de Andalucía no esperan un alivio en el corto plazo para la economía de las familias en lo relativo al comportamiento de los precios: «Los datos de inflación recientemente publicados relativos al mes de junio, los más altos de los últimos 37 años (10,2% interanual) y su comportamiento tendencial hacen prever repuntes de los precios durante los próximos meses. No obstante, se espera una intensa moderación a partir de la segunda mitad de 2023».
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Y a la cesta de la compra, los carburantes y la factura energética se han unido las hipotecas, con el euríbor en su nivel más alto de la última década. En la práctica, eso se traduce en un aumento más que notable en el pago mensual para los hipotecados que tengan que revisar ahora sus créditos. Por poner dos ejemplos, un crédito a interés variable de 150.000 euros a 30 años vería incrementada la cuota en unos 90 euros al mes; es decir, más de 1.000 euros al año. En esa línea, una hipoteca de 300.000 euros con las mismas condiciones se encarecería un poco más de 180 euros al mes y más de 2.100 euros al año.
Lo paradójico de esta situación es que las hipotecas se han vuelto más caras porque el Banco Central Europeo (BCE) ha dejado caer que subirá los tipos de interés después del verano para frenar la escalada de la inflación. Es decir, la medida del BCE quiere frenar el alza en los precios, pero su primer efecto es encarecer los préstamos hipotecarios, porque el dinero a prestar tendrá unos intereses más elevados.
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«La simple amenaza de subir los tipos de interés por parte del BCE ha hecho que las hipotecas suban. Hemos pasado de un índice negativo del -0,5% a principios de año a la previsión de estar por encima del 1% dentro de poco. Ese punto y medio va a hacer que cuando los clientes revisen sus créditos, la cuota aumente de manera considerable. Si eso viniera solo, las economías de las familias podrían soportarlo mejor, pero el problema es que viene con un incremento en otros muchos frentes», ofrece el subdirector general de la Unión de Créditos Hipotecarios (UCI), José Manuel Fernández.
Y aquí las previsiones a corto plazo tampoco ofrecen un respiro. «Todo indica que el euríbor seguirá subiendo al menos durante los próximos meses y eso es una muy mala noticia para quien tiene una hipoteca variable», añade Miquel Riera, responsable de hipotecas del portal especializado Helpmycash.
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«Se encarecen la mayoría de las hipotecas ya concedidas, pero también las que se van a conceder», avisa Riera, que añade: «Ya desde febrero los bancos ofrecen hipotecas fijas más caras. A principios de año era relativamente fácil firmar una al 1,5% y ahora la mayoría están en torno al 2%. Además, los bancos van a ser más exigentes con los clientes, van a pedir más solvencia, más estabilidad laboral...».
Ese vaso medio vacío en las economías domésticas de miles de familia puede ofrecer un lado medio lleno, si se cumplen las previsiones en las que coinciden analistas como Fernández y Riera y que pasan por una estabilización en el precio de venta de los pisos. Si los créditos son más caros y los compradores tienen menos dinero, lo lógico sería que los precios, al menos, dejaran de subir. «Se va a moderar la subida de precios, porque es probable que la demanda se ralentice o incluso baje», advierte Riera.
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La excepción malagueña
Claro que aquí puede darse de nuevo la 'excepción malagueña'. «En zonas como Málaga, Barcelona o Madrid es más complejo hacer una previsión en ese sentido, porque la demanda está más asegurada por los compradores internacionales», añade el analista de Helpmycash. De este modo, Málaga podría mantener una situación que ya se da y que se aplica también a la inflación: los precios y los pisos suben más en la provincia porque la demanda es mayor, en muchos casos espoleada por el consumo foráneo.
Visitantes, eso sí, que traen consigo la promesa de un verano más animado también para la economía local y regional, con el consiguiente efecto en el empleo y las empresas, sobre todo, del sector servicios. «Todos los pronósticos coinciden en augurar una excelente temporada turística para la provincia de Málaga y el resto del litoral andaluz –cierran desde Analistas Económicos de Andalucía–, con una contribución muy positiva al crecimiento económico. Aun cuando se espera un escenario de menor dinamismo que el previsto en el primer tramo del ejercicio, cabe esperar que las economías malagueña y andaluza mantengan una senda de crecimiento gradual, que se estabilice una vez que vayan mitigándose las fuentes de incertidumbre».
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Una incertidumbre que ensombrece el horizonte económico de miles de familias malagueñas, cuando el verano llama ya a las puertas.
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