Una red de sensores permite minimizar las fugas de agua en las tuberías de la Costa

De sus buenos resultados hablan los datos mejor que cualquier otra explicación: desde el 14 de abril de 2021, cuando se puso en marcha este sistema, hasta el final de ese año se consiguió un ahorro de 937.000 metros cúbicos (937 millones de litros o, lo que es igual, casi un hectómetro cúbico) de agua dulce, comparado con el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia. Como referencia, cabe recordar que la presa de La Concepción tiene capacidad para almacenar 57,5 Hm3. A ello, se añade el ahorro en cuanto a desplazamientos, emisiones, tiempo y energía, entre otras.

Actualmente, existen 11 'hubs' Dinapsis, tres con actividad especializada y transversal a todo el ámbito nacional, y ocho que operan en un ámbito geográfico determinado. El de Marbella fue el primero de estos y lideró su expansión, por lo que es además uno de los más desarrollados tecnológicamente de España. Todo el entorno está protegido frente a ataques de ciberseguridad.

Este centro da servicio también al resto de municipios gestionados por Hidralia, como son Torremolinos, Estepona, Benahavís, Manilva, Rincón de la Victoria y Algarrobo. Aporta soluciones digitales para la gestión del agua y del saneamiento, con varios objetivos, según su principal responsable: «Poner al ciudadano como centro; la transparencia, pues todas las decisiones quedan registradas en tiempo real (a disposición de la Administración y la autoridad sanitaria); para la sostenibilidad de los recursos y de protección frente a los vertidos a arroyos y al mar, y para la eficiencia».

Esta herramienta no sólo permite evitar las fugas en la red general, sino también ofrecer esa información al ciudadano en tiempo real, sobre posibles escapes dentro de su vivienda o incluso advertirle de una posible ocupación ilegal, en momentos en los que se supone que el propietario no está en su segunda residencia. Los clientes tienen la posibilidad de crear alertas en la oficina virtual, para identificar su consumo diario y establecer límites. «Si en una segunda residencia que normalmente no está ocupada en una época vemos una consumo, podemos advertirle de que es posible que haya alguien en la casa o que tenga una fuga interior».

También están digitalizados los principales pozos de la Costa del Sol, de donde se extraen recursos, «con un control total sobre lo que se extrae y lo que entra», bajo la supervisión del Centro de Hidrogeología de la Universidad de Málaga, que dirige el catedrático Bartolomé Andreo. «La transparencia es fundamental». De hecho, los investigadores de la UMA reciben las series históricas de todos los acuíferos y pozos, y supervisan que no se extraiga ni una gota más de lo permitido.

Cuando se detecta un incremento del caudal, a través de algoritmos basados en la experiencia se sabe cómo se va a comportar el consumo. Cuando ocurre un pico, por ejemplo, en horas nocturnas se lanza un evento para que un equipo acuda a buscar las causas en ese sector concreto, y se informa a todos los clientes afectados, la extensión de las tuberías, el agua inyectada y la consumida realmente, comparado a nivel horario y en franjas horarias. Además, y el propio sistema es capaz de controlar donde están los operarios y los vehículos, la evolución de los trabajos, observaciones, fotos, etc.

Durante la visita de SUR, los técnicos provocaron un falso aviso de avería, que, en caso de haber sido real, habría permitido mostrar en qué tipo de tubería se ha producido, qué válvulas hay que cortar, cuánta agua habrá que vaciar de la conducción, cuántos clientes se quedan sin agua (incluso si hay alguno considerado «sensible», tales como clínicas, colegios...). Además de lanzar el aviso para la reparación y hasta un mensaje a los clientes a través de SMS, correo electrónico o la forma en que estos lo hayan solicitado, alertando de que estarían sin agua durante una serie de horas.

Las mismas medidas se aplican al saneamiento. Se ha sensorizado toda la red de alcantarillado y de aguas pluviales, donde se controla el grado de suciedad y la frecuencia de limpieza. Pero, sobre todo, se vigilan los vertidos en tiempo real cuando llueve con intensidad y lo que se alivia al mar. Actualmente, el rendimiento del sistema está por encima del 95%, lo que significa que, descontadas las pérdidas aparentes de los contadores (que se estiman en torno al 3-4%) todo el agua que se inyecta en la red se consume, sin que haya fugas. «Es un nivel de eficiencia muy alta».

Además, Hidralia trabaja desde hace años en una de las principales tendencias actualmente sobre el ciclo integral del agua, como es la recarga artificial del acuífero del Señorío. «Alojamos agua en los periodos de lluvia, la metemos en una zona del acuífero que tenemos controlada y podemos ver la cuantía, cuanto tiempo se queda alojada y lo que tarda en llegar al mar».