«Las sectas esconden el sometimiento tras un escaparate de luz y liberación»
Luis Santamaría Consultor de la Conferencia EpiscopalEl también investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) ofrece formación para sacerdotes y seglares de Málaga
ANA MEDINA
Málaga.
Domingo, 2 de noviembre 2025, 01:00
Luis Santamaría es el encargado de la Jornada de Formación que la Diócesis de Málaga ofrece para el clero y los laicos el lunes 3 ... de noviembre, y de inaugurar el curso sobre 'Sectas y nuevos movimientos religiosos' que ofrece el Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo de Málaga a partir de esa jornada.
-¿Por qué se da este fenómeno de modo creciente?
-La secularización no ha traído consigo una desaparición del fenómeno religioso, sino una multiplicación de ofertas de sentido entre las que están también formas patológicas, como puede ser el fundamentalismo religioso, el crecimiento de la magia y la superstición, o las sectas, que es el tema de este curso. Las religiones tradicionales, y en parte también la Iglesia católica, han fallado a la hora de afrontar las preguntas vitales, las necesidades y heridas humanas. Y el fenómeno sectario ha sido muy hábil a la hora de ofrecer un atajo, una aparente solución para los problemas personales.
CAPTACIÓNPELIGRO
-En este fenómeno de los nuevos movimientos, ¿qué hay de peligroso?
-Que tras un escaparate atractivo, de luz, liberación y compasión, se esconde una trastienda de manipulación. Las sectas son un fenómeno de sometimiento. Aprovechan terminología espiritual o del crecimiento personal para acabar sometiendo a las personas a un grupo y a un líder. Sorprendentemente, cuanta más aspiración y posibilidad de libertad creemos que tenemos, más somos conducidos, de una forma muy sutil, a través de la persuasión coercitiva, a una verdadera esclavitud.
-¿Cómo es que el ser humano, hoy tan aparentemente «empoderado», caiga en lo espiritual en este tipo de trampas?
-Es que en el mundo de las sectas se da un espejismo, en el que uno cree que toma las riendas de su propia vida a todos los niveles, escoge el camino que quiere seguir, rompe con tradiciones, con cosas aprendidas, con herencias recibidas, pero, tras todo ese lenguaje utilizado por los gurús espirituales de hoy, se esconde la trampa de pasar a una dependencia total de sus palabras, de sus ideas y de sus normas. Cada vez hay más gente que, sin pertenecer estrictamente a un grupo sectario, el seguimiento a un gurú, a un maestro espiritual o la práctica de una técnica concreta, ya sea de meditación, superación o incluso de respiración o gimnástica, le está llevando a ser seguidor de alguien, cuando su propósito no era ese, sino mejorar algún aspecto de su vida, aprender algo, realizar un cursillo. Al final, aparece en otra cosmovisión, forma de pensar, de sentir y de vivir, y no se ha dado cuenta. Quienes sí lo han notado son sus familiares, sus amigos, que se sorprenden al ver que esa persona, sin necesidad de pertenecer a un grupo o acudir a un lugar, como pasaba antes, ha cambiado del todo, se ha distanciado de ellos y es una persona distinta.
-¿Cuál es la realidad de las sectas en España?
-En primer lugar hay que recordar que es, efectivamente, una realidad, porque hay gente que dice que no existe este fenómeno. En segundo lugar, que es una realidad en crecimiento, es decir, nuestra sociedad se seculariza progresivamente y, sin embargo, las sectas no solo no se estancan o desaparecen, sino que crecen. Se calcula que en torno a un 1% de la población española está en sectas. Estamos hablando de una cantidad incontable de grupos. En uno de mis últimos libros realizo un análisis exclusivo de las sectas de origen cristiano presentes en España y eran un centenar. Dos años después de la publicación del libro, he descubierto algunas más. Y en el ámbito de la Nueva Era, de la New Age, es imposible monitorizar todos los grupos, grandes y sobre todo pequeños, que se mueven ahí. Se trata, por tanto, de un problema extenso en nuestra sociedad e intenso para las familias que lo sufren.
-¿Y qué señales de alarma podemos percibir?
-Tenemos que pararnos y dedicar tiempo para ir más allá de las apariencias. Porque siempre el cartel va ser muy bonito, las palabras de introducción y de publicidad van a ser maravillosas, pero tenemos que pararnos a leer, saber de qué grupo se trata, quién es su fundador o su líder, cuáles son sus principios teóricos y sus actividades prácticas. Y, desde una buena formación cristiana, ver lo que pueda haber que no sea compatible con la fe cristiana, analizar también el ofrecimiento o la oferta de soluciones mágicas, de sanación, con mensajes que hablan muy poco de Dios y mucho de nosotros mismos divinizados.
-¿Por qué es importante que tantos sacerdotes como laicos conozcan este tema?
-Sobre todo para ayudar a otros. Especialmente sacerdotes y agentes de pastoral, para que sepan ver en las personas que están a su cargo, a las que cuidan y a las que sirven, las señales de alarma para poder ayudar a no caer cuando una persona está en proceso de captación, para ayudar también a sostener a las familias que están sufriendo el drama de la captación de un ser querido, y para también ayudar, estar disponibles, para las personas que abandonan las sectas y se encuentran de repente solas en el mundo con el lastre de un trauma por lo que han vivido dentro de la secta y la necesidad de reconstruir su vida casi desde cero.
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