Rafael Sánchez Durán, en la entrada a la sede central de Endesa en Sevilla. MARÍA GUERRA/ABC
Director de Endesa en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla

Rafael Sánchez Durán: «Málaga está perdiendo una oportunidad industrial que no volverá en décadas»

El director de Endesa reclama al Gobierno que les permita hacer redes en una provincia que ya no tiene capacidad para albergar ningún gran proyecto

Ignacio Lillo

Málaga

Domingo, 2 de noviembre 2025, 00:51

Las redes eléctricas de la provincia han agotado toda su capacidad para dar servicio a grandes instalaciones industriales y centros logísticos que demandan mucha energía. ... Es una situación anómala que estrangula el desarrollo y va camino de provocar «un apagón de inversiones», como denuncian los empresarios. Rafael Sánchez Durán, director de Endesa en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, describe la situación que se ha generado y las medidas necesarias para revertirla.

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–El mensaje que ha trascendido es que la situación del abastecimiento de electricidad en la provincia es crítica y no se puede asumir más demanda.

–Lo primero que me gustaría es poner un poco de calma dentro del ruido. La nueva metodología que implementa la CNMC analiza el margen disponible que tiene la red. Esto sirve para poner orden en las peticiones, al identificar todos los nodos que tiene Endesa, que son los puntos de conexión, y en Málaga son 114. Ahí es donde aparece el concepto de saturación de la red. Esto le ha dado a la CNMC y al Ministerio de Transición Ecológica una idea de cómo está realmente la red. El primer mensaje que quisiera darte es que cuando hablamos de saturación no hablamos de un riesgo de suministro en la provincia. Esto no tiene nada que ver con el apagón ni con la calidad del suministro. Lo que pasa es que cualquier nueva industria, parque empresarial o centro logístico que necesite más de cinco megavatios, no tiene capacidad de incorporarse sin tener que invertir en un refuerzo de la infraestructura existente. Cuando se ofrece la red, se hace siempre un estudio de análisis técnico económico. Entonces, lo que aparece es que en el caso de Málaga, el 100% de los nodos están saturados, donde cualquier proyecto de más de cinco megavatios no tendría una entrada directa.

Situación en Málaga

«El 100% de los nodos están saturados para proyectos de más de cinco megavatios»

–¿Eso en qué se traduce?

–Aunque se podrá construir nueva red, lo que sí le quita es la inmediatez a la conexión. Andalucía hoy en día tiene 20 gigavatios de capacidad de potencia, de los que 16 gigavatios son renovables. Y una cosa es donde se produce la energía y otra donde se consume. La producción renovable es distribuida y los nodos donde hay mayor concentración de demanda obviamente son los que están apareciendo con el máximo nivel de saturación: Málaga, Almería y Sevilla. En el análisis de nodos de octubre se ha incrementado un poco más todavía la saturación, porque aquellos industriales que no tenían un punto donde conectar, han buscado una ubicación alternativa. Ahora mismo en Andalucía estaríamos a un 7% de la capacidad total pendiente de ocupar.

–¿Por qué está la red tan llena?

–Hasta el año 2022, el aumento de las solicitudes era por el crecimiento vegetativo. Cuando creas una nueva promoción de viviendas o un parque empresarial, eso tiene unos periodos de maduración de entre 5 y 10 años, desde que se planifica el urbanismo hasta que llega el último piso. ¿Qué ha ocurrido desde el año 2023 hasta mediados del 2025? Pues que se ha pasado de un crecimiento vegetativo a otro exponencial. Por darte alguna referencia, en Endesa hemos incorporado un número de solicitudes entre el año 2023 y mediados del 2025 de 20 gigavatios. Eso es cómo incorporar tres veces la punta de demanda que tiene Andalucía. Si la punta de demanda implica que Andalucía necesita siete gigavatios en las horas de máxima exigencia, pues han entrado solicitudes por 20, es decir, estaríamos triplicando el tamaño de Andalucía solo con estas solicitudes. En cambio, entre 2020 y 2022 no llegaron a seis gigavatios. O sea, en tres años de crecimiento vegetativo podrías meter como la equivalencia a una Andalucía. Mientras que entre el 23 y el 25, las solicitudes permitirían hacer crecer Andalucía casi en tres veces de tamaño. Ahí viene el llenado absoluto en estos tres últimos años.

¿Entonces?

–Pues o fabricamos red nueva o estamos limitando ese crecimiento, que es algo que nadie debe querer. Al final, son buenas noticias porque significa que hay un interés empresarial, que hay proyectos y que Andalucía está en el radar industrial de todo lo que está moviéndose en Europa. Los inversores están viniendo a nuestra tierra, pero la frustración está en que ese crecimiento no lo podamos aprovechar. AELEC, que es la patronal del sector eléctrico, hizo un análisis de cuántas solicitudes fueron rechazadas en 2024. En ese momento, llegamos al 50% a nivel nacional. Eso es un lujo que no se puede permitir. Los datos se agravan más cuando las provincias están más saturadas. La saturación de la red es una realidad que está bloqueando no al consumo existente, pequeño y residencial; pero sí la capacidad de crecimiento de nuestra economía.

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Demanda de energía

«Las solicitudes de acceso permitirían que Andalucía multiplicara casi tres veces su tamaño»

Entiendo que en Málaga será mayor, por su pujanza económica y con una saturación del 100%.

–No se ha calculado a nivel provincial, pero es exponencial: se puede calcular el 40% de rechazo cuando la red está a un 70%, y cuando la red va al 90%, aumenta al 75%. Con el 100% de Málaga, lo que no se puede es entregar más de cinco megavatios en menos de un año. O sea, un 'data center' que quisiera venir y estar funcionando al cabo del año, no tendría cabida en Málaga. Hay que entender bien que no es un rechazo a la totalidad, sino que se hace siempre un análisis técnico y económico. El hecho de que aparezca un nodo con el cero no implica que no quepa nada en absoluto, porque nuestra mayor obsesión es que no se escapen proyectos. Por tanto, sí se puede hacer una entrada progresiva, con una entrega parcial, por ejemplo de una nueva urbanización.

¿Hay zonas de España que están mejor?

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–En Galicia no tienen esa saturación, o en la parte del Cantábrico hay ciertas zonas donde no han tenido una demanda tan pujante como nuestro territorio.

–¿Qué propone Endesa?

–Endesa ha propuesto un plan de inversiones de más de 4.000 millones a nivel nacional, sobre todo para redes y en Andalucía. Estaríamos dispuestos a casi un 50% de mayor fabricación de red y nos llevaría a unos 1.500 millones para el trienio 2026-2028. Queremos acompañar el crecimiento porque somo atractivos para la nueva industria de la transición energética, los semiconductores y la movilidad eléctrica. Necesitamos una regulación que nos permita invertir porque el cuello de botella ha evidenciado que ya vamos tarde y no hemos podido reaccionar por el ciclo de la planificación.

Proyecto de IMEC en el PTA

«IMEC no está en peligro, tiene la potencia reservada desde la subestación Campanillas»

–¿Cómo se manifiesta esta situación en la práctica?

–En la práctica, no podemos construir una línea ni una subestación aunque hayamos detectado la necesidad, si no lo ha reconocido el plan nacional y está autorizado por el regulador. Eso nos hace enormemente rígidos y es un freno. Una subestación que no esté planificada podemos tardar entre 5 y 6 años en su tramitación. Estamos reivindicando un profundo cambio en el modelo de planificación y retributivo, para no frenar el fuerte crecimiento de Málaga. Si vamos a esperar a que se sature para hacer las infraestructuras necesarias, estamos perdiendo una oportunidad industrial que no volverá a pasar por aquí en décadas.

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–En Málaga tenemos grandes perspectivas con IMEC, la empresa de microchips en el PTA.

–Eso no tiene problema, porque IMEC tiene la potencia reservada. Fue un proyecto muy complejo de incorporar, estuvimos un año trabajando con esta empresa de microelectrónica, que desde Lovaina quería abrir una segunda fábrica en Europa y decidió venir a Málaga. Hemos conseguido darle la potencia necesaria desde la subestación Campanillas, que abastece al Parque Tecnológico. Ese proyecto tiene dos fases: una entrega provisional mientras dure la construcción; y después, la solución definitiva que implica sobre todo aislar esa infraestructura del resto de la red, porque los sistemas de producción de microprocesadores son muy sensibles. No es un proyecto que esté en peligro, está completamente garantizado.

–¿Y en las viviendas, en nuevas urbanizaciones como Distrito Z?

–Yo distinguiría las promociones inmobiliarias de los grandes consumidores, que llamamos electrointensivos. Esta saturación de la red afecta a los segundos, aquellos desarrollos que tienen un elevado consumo eléctrico, como podrían ser nuevas fábricas, 'data centers', grandes plataformas logísticas, todo aquello que tiene unos tiempos de llegada y de construcción muy rápida y unos consumos eléctricos descomunales. Pero las redes urbanas y residenciales están dimensionadas para seguir atendiendo el crecimiento vegetativo. Ningún ciudadano debe preocuparse por su suministro doméstico ni el que vaya a necesitar si está construyendo una vivienda. Si construyéramos mil viviendas en Málaga en una nueva zona, la potencia contratada que tiene cada vivienda suele ser de cuatro kilovatios. Con lo cual, mil viviendas serían cuatro megavatios. Pero además, esas viviendas no ocupan los cuatro megavatios en su totalidad, es decir, en un consumo promedio de un cliente, que pueden ser unos 3.000-4.000 kilovatios hora al año, eso implica que el consumo real en todo el año no llega a un megavatio, aunque se instala la potencia necesaria para que todos esos clientes pudieran consumir el máximo a la vez. Eso es asumible.

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Suministro doméstico

«La saturación afecta a grandes proyectos electrointensivos, pero no a las nuevas viviendas»

–¿Qué potencia demandan los nuevos proyectos industriales?

–Para un 'data center' la potencia de los proyectos que están llegando está entre 30 y 100 megavatios. Además, esos van en un único punto, de manera que un 'data center' de esas características podría estar consumiendo 40 megavatios, es decir, como 10 veces 10.000 viviendas, o una ciudad de 100.000 hogares. Y el ritmo de funcionamiento es de plena carga, por lo que pueden ser casi 350 gigavatios al año. Eso es un cliente descomunal que requiere una capacidad disponible en el nodo desde el primer día y que está las 8.760 horas del año consumiendo sin parar. Entonces, ¿se le puede decir que no? No, porque este es el progreso, el mundo va hacia la digitalización y tenemos que ser conscientes de que en nuestras ciudades tiene que haber 'data centers'. Si no los tenemos, se van a colgar las redes sociales y las consultas a la inteligencia artificial, y no habrá una prestación adecuada de servicios digitales. No es algo que podamos decir: 'lo quiero o no lo quiero', lo necesitamos y tenemos que hacerle hueco en la red. Tiene que ser compatible construir mil hogares y un 'data center'. El reto del consumo cotidiano de las familias no es un problema. El problema es la capacidad que tiene la red de acoger esos nuevos proyectos que quieren ubicarse, además, en Málaga, por ser polo de atracción tecnológica. La red está en el corazón de la transformación digital, y sin inversión no habrá electrificación.

Liberar potencia

«Estamos pidiendo ordenar la cola y que si un proyecto no tiene éxito, pues que pase al siguiente»

–¿De qué pérdidas hablamos?

–Cada euro invertido en la red multiplica casi por 10 euros la actividad económica que atrae al territorio. Con lo cual, si te estás convirtiendo en un hub tecnológico de innovación, energético y de telecomunicaciones, la red no puede ser el freno...

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–¿Falta producción eléctrica o faltan redes?

–Falta red, porque en Andalucía potencia no falta. Hay una potencia instalada de más de 20 gigavatios, 20.800 megavatios. Y lo positivo que tiene nuestra región es que el 65% son renovables, con 16 gigavatios. En estos últimos años la generación ha crecido mucho, va por más de 30.000 gigavatios hora al año en 2024. Es decir, estamos rozando el 70% de origen limpio. Esto es un elemento de éxito. Andalucía, por la latitud que tiene, es capaz de sacarle un mejor rendimiento a cada megavatio instalado, tanto eólica como solar. Y además de producir energía, estamos logrando que la proyección de precios a futuro sea a la baja y más competitiva que cualquier país en Europa. Si tuvieras que mover una fábrica entre Alemania, donde los precios pueden estar bastante por encima (la fiscalidad aparte), lo que tenemos es que la geografía andaluza es atractiva. Ahora bien, está descompensada porque la generación se concentra en las zonas rurales. Esa descompensación entre producción y demanda intensifica más la necesidad de redes. Se consume fundamentalmente en los grandes núcleos urbanos: Sevilla y Málaga en un nivel parecido, luego Cádiz, las plataformas logísticas y los entornos empresariales. Dicho de otro modo: estamos produciendo lejos de donde se consume y las infraestructuras eléctricas no solo tienen que darle entrada a la nueva demanda, sino también redistribuir ese flujo de generación, para llevarlo a los puntos de consumo.

Nuevas industrias

«Para un 'data center' la potencia de los proyectos que están llegando va de 30 a 100 megavatios»

–Por último, ¿qué ocurre con la potencia asignada que no se utiliza? ¿Se puede liberar?

–Estamos pidiendo que se marquen unos hitos, igual que se hace en las renovables. Esto no va a resolver el problema de la falta de capacidad, pero puede aliviar una congestión zonal, puede liberar una capacidad no utilizada en un parque empresarial, donde una fábrica no pueda acometer su transformación con riesgo incluso de cerrar, porque esa potencia la tenga alguien reservada. Por eso, estamos pidiendo un proceso de limpieza, para ordenar la cola de proyectos y que si uno no ha tenido éxito, pues que pase al siguiente en la lista.

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«En los planes hasta 2030 para Málaga sólo está la segunda fase de dos subestaciones»

–¿Cómo afrontan el reto del aumento de la demanda?

–Estamos intentando anticiparnos a la llegada de inversiones en la planificación. Así lo están haciendo otros países, como Francia, con más líneas y subestaciones en nodos críticos, como los parques empresariales y científicos, los nodos de crecimiento y los puertos. En nuestro modelo, se construye a posteriori.

–¿A quién le corresponde hacer las inversiones necesarias?

–Al sector privado. No hay otra solución que hacer las infraestructuras que se consideran de servicio público y que están sujetas a una regulación, que es muy estricta y no podemos crecer de cualquier forma. Hay dos grandes elementos: por un lado, la red de transporte, cuyo actor principal es Red Eléctrica, la que se encarga de hacer las grandes líneas de alta tensión que vertebran el país, para distribuir entre 220 y 400 kilovoltios. Y, por otro lado, operadores como Endesa Distribución (e-distribución), que es la encargada de acometer estas infraestructuras en Andalucía, donde es el propietario del 99% de la red. Pero no depende de la voluntad de Endesa. Si dependiera de nosotros, estaríamos construyendo con un modelo parecido a Francia. El marco retributivo lo considera una infraestructura de servicio público y su regulación nos pone unos límites anuales, aprobados por la CNMC y el Ministerio de Transición Ecológica. Actualmente, tiene un límite anual del 0,13% del PIB. Cuando hay un creciendo vegetativo, no está mal, pero ahora hemos pasado a querer meter tres veces Andalucía o una segunda España, que es el símil que ha utilizado la ministra (Sara Aagesen). Obviamente, este modelo se ha quedado obsoleto y no podemos estar a una velocidad de red inferior a lo que la demanda exige. Lo positivo es que esas inversiones se están fijando en Málaga y en Andalucía, pero no podemos permitir que el factor limitante sea que la demanda vaya a mayor ritmo que el crecimiento de la red. Además, tiene un condicionante por los ciclos regulatorios. Ahora se está analizando el ejercicio 2026-2030 y eso nos ata de manos de aquí a final de la década.

–¿Qué han propuesto en el caso de Málaga?

–En la nueva planificación del Gobierno han aparecido proyectos que todavía son de la etapa anterior, como Benahavís y Ventilla. Además, con vistas a 2030, vemos con enorme frustración que lo que se está incorporando es sólo la segunda fase de ambas subestaciones. Desde Endesa hemos presentado una docena de instalaciones que tienen que ver con Málaga Centro, Cártama, Archidona, Nerja, Torremolinos, Antequera y Manilva. Son elementos que se están pidiendo a la planificación y que por esos límites regulatorios los están dejando fuera. Todavía estamos en el momento de alegaciones y estamos volviendo a presentar esa docena de planes. Tanto la Junta de Andalucía como Endesa y los diferentes actores estamos exigiendo que esto es una necesidad, no es un capricho de poner un Silicon Valley en medio de un desierto, sino que son necesidades identificadas y frenadas.

–Y a Red Eléctrica, ¿qué le corresponde hacer en Málaga?

–Fundamentalmente, nos está faltando la subestación de Benhavís, que alimenta a esa parte de la Costa del Sol y que está suponiendo un enorme freno. Esta es una instalación que está judicializada con los propietarios del suelo donde tienen que poner las últimas torres de muy alta tensión. La gran paradoja es que Endesa tiene construida su parte desde 2020. Es decir, ya llevamos 5 años de retraso con toda la infraestructura hecha y sin poder energizar.

–El modelo retributivo, ¿cómo funciona?

–Es la tasa que tiene este sector por la retribución de las redes de transporte. Lo que se está pidiendo es que España se ponga en el promedio europeo. La tasa de retribución financiera paga con un tipo de interés las inversiones que se están haciendo. En España estamos en el 5,58%, y la nueva que ha planteado la CNMC nos llevaría al 6,46%, que está muy lejos de países que andan por el 7,4% en Alemania, 7,5% en Reino Unido, o incluso valores como Italia o Irlanda, que están en el 8,7 y 8,8. ¿Qué quiere decir esto? Pues que el capital se mueve en función de esa retribución. Si un grupo inversor puede ubicar su crecimiento en Alemania frente a España, pues se va a donde obtiene más retribución para la misma actividad, y eso es un sinsentido. Lo que estamos pidiendo es por lo menos llegar al mínimo europeo, porque la retribución actual es insuficiente, y que al menos se sitúe entre el 7,5 y el 8,5%.

–En otro orden, ¿cómo va la anunciada simplificación administrativa en vuestro sector?  

–Ahora mismo se pueden llegar a tardar hasta 7 años en la tramitación de un proyecto, cuando tienes que hacerlo desde cero. Imagínate, cómo le das ese tiempo de espera a un gran industrial que lo necesita en dos años. Si le dices que va a tardar siete, se va a otro lado y no vuelve.

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