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Antonio González-Chamorro (Madrid, 1965) es cirujano general y del aparato digestivo. Formado en el Hospital 12 de Octubre, se trasladó a la provincia en ... los años 90. Tiene plaza en el Hospital Costa del Sol de Marbella y también trabaja en la sanidad privada. Considera que el Colegio de Médicos de Málaga necesita un nuevo impulso para que sea percibido como útil por los facultativos. ¿Por qué él? Trata de contestar en esta entrevista.
–¿Cómo se presentaría Antonio González-Chamorro?
–Desde el punto de vista profesional, como un cirujano general y del aparato digestivo con una intensísima actividad pública y privada desde hace casi 30 años. Conozco bien el mundo de la asistencia y los sinsabores de nuestra actividad. Por lo demás, soy una persona que disfruta de su familia y amigos, y siempre con ganas de emprender nuevas actividades. También fuera del terreno de la medicina. Por ejemplo, me interesan la computación y la astronomía.
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Matías Stuber
–¿Cuándo se cruzó la medicina en su vida?
–Yo entro en la medicina por una relación con el conocimiento. Eso me llevó a la neurología y a la neurocirugía, que pensé hacer, y luego a la cirugía general. Es un mundo apasionante que combina tradición y ciencia. No hay nada mejor que la satisfacción de tratar a los pacientes.
–¿Cuál es el estado actual de la profesión?
–El estado actual es muy complicado y es algo que me duele mucho. Hay una insatisfacción global en la profesión que tiene que ver con un problema estructural. Hablo de las enormes dificultades para llegar, las enormes dificultades para mantenerte y lo que se obtiene a cambio. En lo económico y en la progresión social. La gente de la pública se va a la privada insatisfecha, la gente de la privada se va a la estética porque gana más dinero...
–¿Cree que los médicos se identifican con el colegio profesional o percibe cierto desinterés?
–Si le preguntas a los médicos por lo que hace el Colegio, la inmensa mayoría no va a poder nombrarte muchos ejemplos. Si la colegiación no fuera obligatoria, la inmensa mayoría preferiría no pagarla. Eso es duro. A mí me parece importante tener a una organización que nos represente a todos. Es la única que agrupa a los 11.000 médicos de la provincia. Eso te da una fuerza formidable. Y creo que el Colegio debería ejercer una defensa mucho más activa y dirigida a los médicos.
–¿Defiende la colegiación obligatoria?
–Creo que una organización que defiende a un colectivo necesita representatividad, legitimidad y músculo financiero. A mí me parece que la buena colegiación es la que debe hacer lo mejor para sus médicos. Ni un euro para otra cosa. Pero yo sí creo que hay que colegiarse, obviamente.
–¿Cómo son las personas que le acompañan en su candidatura?
–Una de las cosas que me molestaba mucho es que hablaran por mí los que no hacen lo que hacemos nosotros. Eso significa que queremos llevar al Colegio a profesionales con una intensa actividad dentro de la profesión. Estoy harto de gente que no hace guardias de 24 horas, pero dice que hay que hacer guardias de 24 horas. Gente que habla de vocación cuando no ve a pacientes. En mi candidatura, todos tienen una intensa actividad profesional. Yo he hecho guardias durante 25 años y conozco bien todas las dificultades del día a día.
–¿Puede garantizar la independencia de su candidatura de organismos externos de cualquier tipo?
–Mi candidatura es independiente y lo digo alto y claro. Es independiente en lo ideológico y también en lo financiero. Por eso no tenemos, ni mucho menos, los recursos que puede tener la otra candidatura. Quiero insistir en una cosa que también se me ha echado mucho en cara. Mi candidatura no tiene ninguna limitación con lo que tenga que hacer después con ninguna mutualidad o aseguradora de ningún tipo.
–¿Considera razonables los tiempos de espera para una cita con un médico?
–Obviamente, no son razonables. Pero ese problema que tenemos es estructural. En Andalucía se quedan un montón de plazas de médico de familia sin ocupar. Alguna razón habrá. Luego, hay problemas de masificación y de burocratización. Los médicos estamos hartos de tener que hacer todo tipo de trabajo administrativo. Hay que escuchar a los médicos y empoderarlos.
–¿Ejercer en la pública y en la privada se puede hacer sin comprometer la calidad?
–De eso se han escrito muchas páginas y ha habido mucha polémica. Lo que hay que hacer es compatibilizar bien ambas actividades. Entonces, sí se puede compaginar con garantías.
–¿Qué medida trataría de implantar con mayor urgencia?
–Aunque parezca muy general, te diría que implantaría que los médicos sean escuchados y defendidos. El Colegio de Médicos tiene una capacidad formidable de ejercer presión si se pone en pie. El problema es que ha sido siempre demasiado sonriente. Yo quiero uno menos sonriente y más beligerante para sus médicos. No hay que salir en la foto sonriendo con el que, en teoría, está apretando a tus médicos.
–¿Qué es para usted la sanidad pública?
–La sanidad pública es algo extraordinario. Es un derecho recogido en nuestra Constitución. Tenemos una sanidad solidaria que pagamos entre todos y se debe usar con responsabilidad. El problema que tiene es que no tiene límite. El paciente de 2024 no demanda lo mismo que el de 1965. La esperanza de vida ha aumentado. Los tratamientos son cada vez más complejos.
–¿El actual gobierno de la Junta hace lo suficiente por la sanidad pública?
–La sanidad pública es un arma arrojadiza para hacer política. Entonces, yo a ese respecto, prefiero no opinar. En general, creo que los partidos hacen un esfuerzo formidable por hacer que la sanidad en Andalucía sea equiparable a la del resto de España. Y al actual gobierno no se le puede negar ese esfuerzo.
–¿Rebajaría la nota de corte para la carrera de Medicina?
–A mí me parece estupendo tener una nota de corte de un 13 para entrar en Medicina, lo que no puede ser es que después estés firmando contratos de mes en mes.
–¿Los médicos en la sanidad pública están bien remunerados?
–Están fatalmente remunerados. Estamos obligados a hacer guardias de 24 horas. El dinero de esas guardias te permite mantener el espejismo de unos sueldos elevados. Cuando dejas de hacer esas guardias, te encuentras con que tus honorarios son más bajos que los de un médico que acaba de terminar la carrera.
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